Capítulo 34

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Una noche de pasion, amor y pefección.

Palabras que describen mi relación con Lucia.

Como esta, espero que vengan muchas más.

No tengo idea si amanecio, solo no quiero abrir los ojos. Porque sera el momento de volver a la realidad, me tocara enfrentar a los peores enemigos en cuanto me levante de la cama.

Tan solo quiero seguir recordando cada parte del bello cuerpo de mi muñequita, una silueta perfecta y estilizada, con buen trasero, unos senos pequeños pero apetecibles. Su forma de gemir, de rogar por más, deberia ser la primera maravilla del mundo.

Saber que hace horas fue mía y yo soy suyo, nos pertenecemos. Encajamos a la perfección, dos piezas destinadas a estar juntas.

Nos entregamos mutuamente y con el tiempo conoceremos el cuerpo del otro como si fuera propio.

Un chillido de mi celular hace que me sobresalte y abra los ojos.

No esta.

Lucia no esta a mi lado.

Me siento de repente, una presion en mi pecho se hace presente.

—¿Lucia?—la llamo esperando una respuesta

Ignoro el sonido del telefono y me dirijo al baño a buscarla.

No tengo exito, no hay nadie.

Su ropa no esta.

¿Por qué se fue?

No comprendo nada y salgo de la habitación a la suya, me preocupa su actitud.

Sin tocar entro de una vez, con la esperanza de verla dormida sobre su cama.

A pesar que encuentro lo contrario, tampoco esta ahí y no hay señales de ella.

Charlie o Nick

Debe estar con ellos, seguro se preocuparon y fueron a buscarla.

Me retiro de la habitación y encuentro a los soldados murmurando en el pasillo.

Carraspeo la garganta, para hacer notar mi presencia. De inmediato se colocan firmes y hacen el saludo formal a un coronel.

—Descansen—ordene.

Estaba por encaminarme a la habitación de Nick hasta que un soldado me detiene.

—Coronel, tengo noticias—avisa, aunque noto miedo en su voz.

—Habla.

—Los testigos escaparon.

Abri los ojos sorprendido, dirijo la vista hacia los demás quienes asienten con pena.

No lo entiendo.

¿Por qué me hizo esto?

La presion que sentia se intensifica y mi respiracion se acelera, retrocedo torpemente hasta apoyarme en la pared.

Uno de los soldados intenta acercarse, pero levanto la mano, en señal que se detenga.

Mi mente es confusa, un millon de pensamientos se mezclan impidiendome entender la realidad.

Me abandono.

Esa es la verdad.

Despues de confesar nuestros sentimientos, imaginar nuestra vida juntos y tener la noche más magica, ella se fue.

Sin explicaciones, sin despedirse, sin ningun remordimiento.

Solo fue un maldito juguete en su plan.

Escapo con el infeliz de Nicholas y el delicuente del niño.

LA VIDA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora