Capítulo 31

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Estaba sentada en medio de una sala donde solo iluminaba la luz encima de la mesa, el resto estaba oscuro. Pero sabia que detras de ese espejo enfrente de mi habia unos malditos observandome, esperando que ruege por mi libertad, que confiese un delito que no cometi, solo esperan que alguien se culpe para ellos colgar una medalla más en su oficina y agregar numeros en su cuenta bancaria.

Si algunos de esos infelices fueran honestos, no encerrarian a personas inocentes, sino a los verdaderos criminales que estan en el hospital recibiendo la mejor atención posible.

Hasta ahora no pedi un abogado, ni siquiera emiti una palabra, es la razón por la cual me encuentro sola. A la espera que hable.

Si tengo que pasar días aquí, estoy más que dispuesta. Pero lo unico que deseo es saber como esta Charlie y Nick.

Me duele por mi amigo haberlo metido en un lío, él solo intentaba ayudar y terminamos presos siendo acusados de ayudar en el trafico de personas.

Me repugna tal idea, eh luchado y pedido ayuda para sacar al niño de ese lugar. Lo peor es que terminamos donde prometi que no lo dejaria y acusados de lo que intente salvarlo.

En estas horas eh pensado que debi escuchar a Peter, mi empeño en buscar problemas es notorio. Quiza debi dejar esto en manos de Andrés, él no fingiria ni me traicionaria como lo hizo Peter.

Me sorprende hasta donde llegó el resentimiento de mi supuesto mejor amigo, prometiamos amarnos, protegernos. Y hoy me dejó en manos de esos estupidos para que sufra por el dolor que le cause.

Lo que más me desconcerto fue su actuación cuando golpearon Nick, me defendio para simular que estaba de nuestro lado.

Cree que soy estupida.

Es como si no conociera a Strong, enviar a gente a tratarnos como basuras y a difamarnos. No tuvo el valor suficiente para decir todas esas falsedades enfrente de mi, eligio que otra gente haga el trabajo sucio.

Ahora me doy cuenta que nuestra última charla fue sincera, las palabras que dijimos fueron verdades y estoy comprobandolo en este momento.

—Rodriguez—el teniente ingreso por la puerta, era la tercera vez que lo intentaba—¿Vas a hablar?—pregunta con fastidio.

Lo mire por unos segundos, pero aparte la vista hacia el espejo.

Me preguntaba si Peter estaria ahí ¿Sentira culpa?¿O su conciencia esta tranquila con sus atrocidades? Seria hermoso tener las respuestas, lo malo es que ese hombre se volvio impredecible.

—¡Rodriguez!—golpea la mesa sacandome de mis pensamientos—¡Habla de una maldita vez!

—Quiero ver a Charlie—respondi con la mirada fija en el hombre.

Suelta un risa, lo veo sonreir con burla.

—¿Eres estupida? Una criminal como tú no puede exigir nada—cambia su expresión a una seria.

—Me niego a hablar.

El tipo camina por la sala pasandose la mano por el rostro, lo más probable pensando una estrategia para que confiese.

—Nicholas Wilson pidio un abogado ¿Por qué tú no lo hiciste?—cuestiona.

—No me interesa pasar semanas en esta pocilga, sera imposible que me lleven a juicio sin pruebas.

—No has respondido mi pregunta.

—Nick nacio en cuna de oro, no aguantaria una noche aquí. Por mi parte, no me ire de este lugar sin Charlie.

—Supongamos que sales libre de esto ¿Cómo piensas que te llevaras al chico?—interroga con interes— Las adopciones son tramites largos y el sera llevado al juzgado de menores.

LA VIDA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora