Pasaron unas horas desde el atentado al hospital, el personal se encontraba aterrado por lo sucedido pero teníamos ordenes de retomar la atención sanitaria y así lo hicimos.
Los pacientes que ingresaban tenían diagnósticos parecidos, la mayoría requerían el sector de trauma y cardiología, al ser los mas demandados no cubrían la atención necesaria. Es ahí donde entramos las enfermeras, debíamos hacer milagros para ayudar al usuario y mantenerlo estable hasta que un doctor pueda revisarlo.
Sin mencionar que la sala de espera colapsaba y las personas se irritaban con facilidad al no tener respuestas, por otra parte teníamos a otro grupo buscando familiares que no aparecían hasta el momento. Eso era devastador, su ultima esperanza era encontrarlos en este sitio y corrían el riesgo de verlos sin vida.
—Les pido su atención, por favor—ingrese a la sala para brindarles información—. Los que busquen a un familiar, estaremos colocando fotografías de los pacientes que ingresaron y no han sido reconocidos.
Unas colegas ingresaron con pizarrones donde se encontraban fotografías de las personas sin una identificación, rapidamente las personas se acercaron entre empujones.
-Si reconocen a alguien infórmenle a la enfermera Elisa que estará tomando sus datos, gracias-termino el comunicado.
Antes de retirarme unos hombres me retienen e impiden el paso hacia la salida.
—Y los que estamos esperando ser atendidos ¿Cuándo será nuestro turno?—habla uno sujeto que mide 1, 70 m aproximadamente, se oye algo molesto por lo tanto debo ser cuidadosa con mis palabras.
—Señor, en cuanto se desocupe los doctores empezaremos a llamar para que ingresen.
—¡ESTAMOS HACE DOS HORAS ESPERANDO!—grito otro hombre y los demás lo apoyaron con gritos similares.
—Les pido que tengan paciencia, tenemos paciente en estado critico y hacemos lo posible para salvarlos. Todos fueron revisados por el personal de enfermería y no encontramos alguna anomalía de suma urgencia, cualquier molestia que sientan nos las informan.
—¡Hay personas que ingresaron después de nosotros y fueron atendidos!
—Le repito señor, son pacientes críticos que requieren de atención urgente, todo lo contrario a ustedes que pueden respirar, hablar y moverse con normalidad, les pido que sean empáticos y comprensibles con la situación.
—¡Lo que pasa es que ustedes son unos holgazanes que se niegan a ser atendidos!¡Nosotros sufrimos un sismo hace unas horas y nadie hace nada por ayudarnos!—elevo la voz una mujer, que se coloco delante de mi.
—Señora, le recuerdo que estamos en la misma ciudad, mis colegas y yo también lo sentimos y hacemos lo posible por restaurar la atención que merecen. Sin embargo, contamos con pocos doctores, significa que deben esperar hasta que estén disponibles y logren atenderlos—la enfrente manteniendo la calma, a pesar que quisiera gritar y decirle otras cosas.
Justo cuando la otra parte iba a responder, se escucho un grito desgarrador. Voltee a observar y se trataba de una chica quien se arrodillo en el suelo con unas de las fotografías presionada en su pecho. Unas enfermeras se acercaron a consolarla.
Devolví la vista hacia el grupo que causaba disturbio y se encontraban conmovidos por la situación, la mayoría agacho la cabeza devolviéndose a sus asientos.
—Les prometo que pronto serán atendidos, lo único que queremos es ayudar—agregue de manera cortes.
Les di la espalda para dirigirme a la puerta, esperaba reconfortarlos de alguna forma.
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LA VIDA PERFECTA
ChickLitLucia Rodriguez, una joven enfermera de 22 años que se dedica a su profesión entregando cuerpo, alma y toda su vida por completo. Jamás se dió lugar a fallar en el trabajo aunque significara perder toda su vida personal. Peter Strong, un guardia de...