Durante la cena, escuchamos las historias de Andrés y lo mal que les fue a los rebeldes según él, la verdad no preste atención a lo que decía, si no mas bien a sus actitudes y expresiones. No reconocía a mi amigo, me alegraba de que haya vuelto con vida, pero es innecesario burlarse del pueblo africano quien sufrió las consecuencias de esta guerra, gente inocente murió en manos del ejercito estadounidense y soldados americanos murieron en guerra, nadie gano.
Me levante de la mesa con la excusa de ir a ver a mis sobrinos, por un ruido que jamás escuche. Si seguía sentada con ellos explotaría e iniciaría una pelea nada justa.
Es triste decir esto, pero al oír hablar Andrés con burla, cinismo, poca empatía y doble moral, fue un recuerdo de mis años en Argentina cuando convivía con mi hermano quien siempre hablo desde la ignorancia, arrogancia, y si no lograba tener la razón acudía a la intimidación.
Que tu hermano aparezca en plena madrugada en tu habitación con un encendedor y diciendo que cumpliría la amenaza de quemarnos dormidas a Delfi y a mi, siendo conscientes que tenia botellas de alcohol en su habitación. Son amenazas que no olvidas y te limitas a ignorarlo para evitar futuras disputas que terminen peor que la anterior, porque en esa casa nadie nos escuchaba.
Me recosté en la pared, frente la habitación de los niños para hacerlo mas real. Necesitaba aclarar mi mente, buscar un motivo para quedarme callada o no irme del departamento.
Es difícil obligarte a algo cuando te prometiste a ti misma dejar de soportar humillaciones, incomodidades, inseguridades, o intimidaciones.
-Lucia...
Moví la cabeza hacia la persona que apareció a mi lado.
-No me siento bien- confieso.
-¿Qué te pasa?-pregunta preocupado.
-Me duele la cabeza, prefiero volver al departamento con Cami. Si tu quieres puedes quedarte.
-Hicimos esta celebración para recibir a Andrés, volvió triunfador de la guerra-habla con una felicidad que imagina que comparto.
-Y mientras él celebra, otros están llorando en un cementerio-contradigo tajante- eso si hay cuerpo al que enterrar.
-Prefieres que sea tu hermana quien este en ese lugar.
-No lo entiendes, Peter-niego molesta-.Lo único que puedo celebrar es que volvió con vida, pero no me quedare a escuchar sobre sus victorias que le costo la vida a inocentes.
-Esos inocentes de los que hablas, son los responsables de mi secuestro, mis traumas y son los malditos que rompieron mi pierna.
-Te estas refiriendo a los rebeldes, yo no hablaba de ...
-¡Son de la misma raza!-grita enojado, haciéndome sobresaltar-Personas como tu son agiles para hablar pero ninguna sujetaría un arma y se enlistaría a la guerra para defender a su país. Es fácil opinar si estas en tu cama, tomando un café y comiendo comida caliente o en un bar viendo las noticias y criticando a los demás mientras bebes cerveza.
Golpee su mejilla con fuerza para acabar con las estupideces que decía, mi paciencia tenia un limite y Strong la sobrepaso.
-Yo misma maldije a los rebeldes cuando vi en persona tu sufrimiento, como te aislabas de todos y todo lo que hiciste para poder caminar de nuevo. Yo fui la que aguanto todo y aún así me quede. Pero también fui la persona que te defendía de esas habladurías donde criticaban al ejercito y eran la peor escoria que existía en el mundo, fui la persona que estaba viendo las noticias pero no bares ni bebiendo cerveza, sino en mi casa junto a tu hija con el corazón apunto de salir, esperando novedades de la guerra y rogando que no aparezca tu nombre entre unos de los desaparecidos o fallecidos-respondí con firmeza.
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LA VIDA PERFECTA
ChickLitLucia Rodriguez, una joven enfermera de 22 años que se dedica a su profesión entregando cuerpo, alma y toda su vida por completo. Jamás se dió lugar a fallar en el trabajo aunque significara perder toda su vida personal. Peter Strong, un guardia de...