IV

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Los chicos se encontraban en la amplia habitación de la castaña con una botella de Whisky y otra de Vodka en el centro del círculo que ellos habían creado con sus propios cuerpos. Armin estaba sentado en forma de indio con la espalda recta, Sasha se encontraba sentada igual que el rubio pero con su tronco totalmente arqueado hacia el frente; Connie estaba con las piernas desparramadas por el suelo y dejando que el peso de la mitad superior de su complexión física descansara en sus brazos colocados en el suelo.

Las mejillas de la castaña y el rapado estaban coloreadas de un suave carmín al haber bebido demasiado alcohol. Armin, en cambio, estaba bastante sobrio, ya que era un santurrón y no hacía nada fuera de su edad-menos desear todos los días que el padre de su mejor amiga le follara hasta romperle-por lo que apenas había una gota de esa amarga sustancia en su cuerpo, pero la poca que había bastaba para que el de ojos zafiro estuviera un poco feliz.

—Vale, vale, es mi turno —habló la castaña lentamente después de haber estallado en carcajadas por una tontería que Connie había dicho. Había arrastrado las palabras y su lengua se había trabado, evocando que el rapado y el rubio estallaran en risas hasta que sus abdómenes dolieron y sus ojos lloraron.—Yo nunca, nunca se la he mamado a alguien —pronunció Sasha, llevándose el pequeño vaso de Whisky a la boca y tragándoselo como si fuera agua.

Sorprendentemente Connie bebió del vaso junto a la de ojos miel.

<<¿Qué significa 'mamado a alguien'?>> Inquirió el rubio en su cabeza, jugando distraídamente con sus dorados cabellos sonriendo como un tonto al recordar el tacto de los dedos de Eren en ellos, acariciándolos con lentitud.

—¡Connie! ¡¿A quién se la has mamado tú?! —quiso saber la castaña. Tenía una borracha sonrisa dibujada en sus labios y miraba al rapado expectante.

—¿Os acordáis aquella vez el año pasado cuando suspendí el examen de matemáticas con un dos y en mis notas mágicamente salió que había sacado un nueve? —explicó el rapado en forma de pregunta.

La mandíbula de Sasha cayó al suelo y el de ojos cielo se removió incómodo en su asiento sin entender de lo que estaban hablando y siendo demasiado tímido como para preguntar. La de ojos castaños le observó anonadada y le señaló acusativamente con el dedos índice.

—¿Por qué no pareces sorprendido? ¿Ya lo sabías? —dijo la castaña fingiendo estar dolida.

Armin negó frenéticamente con la cabeza y se mordió el labio inferior.

—No, no. No es eso, es que no sé de qué estáis hablando —explicó con rapidez el de ojos claros mientras sentía sus mejillas enrojecer de la vergüenza. Tenía alcohol en el organismo, pero no el suficiente como para que se destensara por completo. Aún no.

Sasha abrió los ojos como platos al percatarse de lo que estaba pasando y sonrió cálidamente explicándole a Connie con los ojos lo que estaba ocurriendo en ese momento. Este asintió comprensivo y observó al rubio.

—A ver ,'Min, mamársela a alguien significa que le chupas la polla a una persona —dijo la castaña aguantando las carcajadas al ver como la cara de confusión del rubio pasaba a una totalmente horrorizada.

—También le puedes mamar las tetas a alguien, o la-

—¡Lo he pillado! —contestó con apuro el rubio mientras se tapaba las orejas con las manos sin querer escuchar más. Sus mejillas se habían coloreado de un fuerte carmín y podía sentir los latidos de su corazón en la garganta.

Sus amigos estallaron en carcajadas al presenciar la reacción del menor, que hundió su entrecejo con fingida molestia mientras agarraba con decisión una de las botellas de alcohol y rellenaba su vaso vacía de hacía unas rondas.

Desire || Eremin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora