Capítulo 22

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Oker estuvo escuchando una y otra vez todas las cosas que Kyle había hecho en la escuela, a veces contaba las cosas que ya le había contado una y otra vez, pero estaba tan contento que a Oker no podía importarle menos volver a escucharlas.

Así que ese día estaba completamente despierto en el camino hacia la casa del alfa.

Una parte del cerebro de Oker funcionaba en automático, conduciendo el camino que ya sabía de memoria. Otra prestaba atención a las historias llenas de nombres de niños que él no conocía. Y otra parte pensaba en el alfa.

¿Volvería a envolverle en un abrazo de feromonas? ¿Volvería a ofrecerle su cuello para que Oker se refregara atrapando más y más su esencia?

No debería estar ansiándolo tanto, porque si el alfa lo hacía era por un motivo de protección, no de sentimientos reales hacia él.

Pero como había dicho Lea la noche anterior, ¿si no hay sentimientos por qué te protege de ese modo?

En su mundo, las cosas siempre habían sido así, una relación fuerte entre alfas y omegas hacía que se produjera ese intercambio.

De padres a hijos, entre esposos, pero no conocía casos entre "amigos", mucho menos entre empleados y empleadores.

¿Por qué lo hacía? ¿Por qué hacía todo eso por ellos?

Y aún así, volvían esas miradas de reproche en el alfa, como si él fuera una nulidad. No podía llegar a comprender bien las motivaciones del alfa, lo había intentado y la única a la que llegaba era que era una criatura extraña que disfrutaba a la vez dando protección y haciéndolo sentir pésimo.

¿Era eso posible?

Desde luego él lo vivía a diario, Lea decía que quizás fuera un alfa maltratador, que le gustaran las relaciones de poder, y que con Oker tenía todo para someterlo.

Pero algo no cuadraba, porque cuando pudo herirlo, herirlo de verdad, tanto física como mentalmente, no lo hizo. Lo que hizo fue mantener una distancia respecto a él. Su mente no dejaba de traer recuerdos, pero todos se diluían, después de la promesa que le hizo.

No dejaría que nadie le hiciera daño, ¿eso le incluía a sí mismo? No lo tenía claro.

Pero había otra pregunta que Oker no sabía responder, ¿qué sentía él en todo eso?

¿Se sentía atraído por el alfa? Oker no confiaba en ellos, había tenido una experiencia tan mala que no podía concebir una relación con uno. Y luego se daba cuenta de que eso nunca se había planteado entre ellos.

¿Relación?

No era posible, para nada posible.

Cuando entró, el alfa los estaba esperando.

Siempre vestía un lustroso traje de chaqueta, bien peinado, atractivo. Un alfa que no tenía ningún tipo de sentido que los hubiera aceptado en su casa.

Que lo relacionaran con Oker solo destrozaría su reputación. ¿Qué pensaría su familia si se enteraran?

Pero la verdad, es que nunca había aparecido nadie por la casa, nadie había llamado al teléfono más que el propio alfa, y la única relación que le conocía era la del alfa de Milo.

¿Estaría tan solo como aparentaba?

—Buenos días, señor —le saludó.

Pero el alfa no dijo nada, solo estaba parado mirándole, y aquello le asustó, ¿habría cometido algún error el día antes?

Ivory dejó de mirarle para centrarse en Kyle.

—¿Qué tal tu primer día de clase? —le preguntó.

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