Capítulo 25: ¿Acaso Eso No Era Suficiente?

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- Julián 14 -

La película había estado bien, como siempre, Enzo amaba Shrek, la habíamos visto millones de veces y ni así podíamos dejar de verla. Cada vez que la ponía me hacía recordar mí niñez, aquella parte de mi a la que tuve que decir adiós cuando me mudé a la pensión de River.

Ver ésta peli significaba algo más ahora que había pasado lo de Enzo, igual que todo lo que hacíamos juntos, ahora tenía otro significado, antes eran vínculos de una amistad de años, ahora significan destellos de un gran amor.

Ahí estábamos escuchando los créditos de la película yo estaba en mí cama, Enzo en la suya. Me hubiera gustado verla en sus brazos, pero él no se acostó en mí cama y no me animé a pedirle que lo haga. Simplemente no hablamos mucho, llegamos y nos pusimos a ver la película.

Enzo agarró el control y apagó el tele, lo que hizo que volteara a verlo. Estaba bastante serio, amo cuando pone esa cara de niño malo. Sus ojitos oscuros eran tan hermosos, tan hipnóticos. No había nada especial en ellos, solo que eran los ojos de Enzo Fernández.

- Alta Peli ¿no? - le dije mientras miraba su labios. Estaba muy tentador el moreno, se que tengo el poder de hacer que Enzo haga lo que yo quiera. Si le decía que levante el culo de ahí y venga a besarme ahora mismo, el lo iba a hacer.

Me estaba imaginando cómo sería si le pido que me haga el amor, eso sería peligroso. De eso no había vuelta atrás, y no estoy seguro si quiero que eso pase.

Tengo miedo de cagarla de nuevo ¿si él se tira para atrás? ¿Si él me rechaza? Se que Enzo está enamorado de mí, pero eso no lo detuvo anoche para besarse con Valentina en mí propia cara. No sé si era algo bueno pedirle a Enzo que me haga suyo, eso era lo que me detenía en estos momentos, pero de verdad lo deseaba demasiado.

Todas las emociones estaban muy frescas todavía, incluso el dolor. No quería revolver todo eso de nuevo. Estábamos en equilibrio ahora, no estamos ni bien ni mal, simplemente estábamos.

- Buenarda cómo siempre - contestó él. Me miró y puso una sonrisa. Había algo extraño en su mirada.

- ¿Pasa algo? - pregunté yo reclinándome sobre mí cama. Enzo volvió a cruzar miradas y negó con su cabeza.

- No nada, solo me bajó un toque de sueño.

- Dormite una siestita hasta las 18 que es la hora de visita - dije yo mientras bostezaba. Me había agarrado sueño a mí también.

- Pero no, ya fue - dijo Enzo.

- Yo me voy a clavar un buen baño relajante, tengo unas sales de baño que me mandó Emi y jamás las usé. Vamos a ver qué onda - dije mientras me sacaba la remera.

Enzo se quedó mirando y cuando lo noté chequeándome rápidamente corrió la mirada. Yo sonreí ante su actitud.

- ¿No vas a hacer nada entonces? - dije a modo de invitación. Pero parece ser que Enzurri no captó la indirecta.

- Y no se, capaz me duermo al toque jaja - dijo el nervioso.

Se me ocurrió una idea, visto y considerando que ninguno de los dos quería dar el paso, a lo mejor si le daba más indirectas Enzo se anime.

- ¿Me podés ayudar porfa? - pregunté a lo que él reaccionó poniéndose de pié rápidamente.

- ¿Que necesita señor araña?

- Que me prepares el agua hasta que yo busque la ropa que voy a ponerme después - pedí mirándolo con cara de pobrecito. No había chance de que él me dijera que no.

La Picadura (Enzulian) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora