Capítulo 3: 🏳️‍🌈???

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- Julián 4 -

Desperté sintiendo un vacío, agarré mí teléfono para ver la hora ya que no había sonado el despertador. Eran casi las 8 de la mañana.

Bueno despertar 10 minutos antes de la alarma siempre es bueno porque te vas levantando de a poco.
Hoy tocaba día de descanso tras el partido contra Arabia. La verdad que no tenía muchas ganas de descansar, quería ir a entrenar a full y poder ir a ese partido contra México y ganar. Ayer había estado bajón, pero Emi y Enzo me levantaron el ánimo. Uhh cierto Enzo, ¿a dónde se había metido? voltee rápidamente a buscarlo del otro lado de la cama, pero me sorprendí al no verlo entre mis sábanas.

Miré a su cama y estaba como la había dejado anoche, bien tendida y con su ropa sobre ella tal cual como la había tirado Enzito.

- No fue un sueño - dije en voz alta para convencerme a mí mismo. Aquellas prendas eran prueba de eso.

Lo de anoche había sido muy lindo, jamás habíamos dormido tan juntos. Recordaba el calorcito de mí amigo en mí espalda, entre mis piernas y en mis nalgas. Había sido todo tan mágico.
No sentí que había faltado el tan deseado beso, imaginé que no sería suficiente para mí estar en una cama con un chico tan rico sin que pase nada más, pero bueno, ya me resigne a qué las cosas con él se quedasen de esa manera.

<<¡Jamás volverá a pasar Julián!>> Volví a escuchar en mí cabeza aquellas palabras retumbando con gran eco, como si alguien las gritase desde lo mas profundo de mí.

La voz tenía razón, aquella historia estaba muerta, Enzo solo quiere ser mí amigo. Se acostó conmigo porque me vio bajoneado. De seguro está arrepentido, por eso no esta acá, probablemente él se sintió raro por lo que hizo y se fue por ahí.

A pesar de mis conflictos emocionales por mí compañero, aún tengo ganas de verlo, de ver su carita hermosa. Es bastante temprano para despertar un día de descanso, pero conociendo a Enzo de seguro fue al gimnasio, el negro se estaba poniendo fuerte. No pude evitar morderme el labio al pensar en como estuvo en el último entrenamiento, la mejor parte fue cuando estiraba y se levantó la remera. Uff por dios, que ganas de pasar la lengua por ese abdomen sudado.

Fue difícil vestirme con la verga toda dura de fantasear con Sexo Fernández, pero tras unos minutos acomodándome el short para disimular, pude resolver y salir para comenzar el día.

Apenas salí del cuarto me cruce con Lautaro que me sonrió cuando yo lo saludé.

- Buen Día Toro - dije y me acerque a darle un beso de saludo.

- Eh Juli - dijo sin ganas. Se lo notaba triste todavía. Le vi la cara con un poco de ojeras. Alguien no había pasado una linda noche. Me pareció copado de su parte que me sonriera aún cuando no estaba pasando por un buen momento, se le notaba.

- Tranquilo hermano - dije luego de cruzar miradas - No fue tu culpa.

- Si hubiera metido ese gol no hubiéramos perdido - me contestó él.

No quería que Lautaro cargara con eso. Y aunque yo soy el primero en tener dudas con respecto al futuro, también pude entender de que podemos ganar el mundial aún, no es imposible. Quise transmitirle mí apoyo, pero no sabía como.
Lautaro siempre había sido algo frio conmigo los primeros días, a medida que fui metiéndome en más convocatorias su actitud fue mejorando, él me observaba mucho, a veces lo pillaba mirándome como hacía los ejercicios en los entrenamientos. A lo mejor me estudia mucho para hacer mejor las cosas y que no lo saquen, no lo se, pero bueno, acá somos todos del mismo equipo y me salió darle un abrazo.

Fue raro al principio, él solo se quedó parado mientras yo apretaba un poco luego sentí su mano en mí espalda acariciando la zona - Ya harás tu gol, tranqui - le dije

La Picadura (Enzulian) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora