Capítulo 33: La Primera

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- Julián 18 -

Tuve mis dudas por un momento, ahí estaba parado en el marco de aquella puerta trasera de la cocina, con Enzo habíamos avisado que no íbamos a comer porque queríamos dormir para el partido de mañana, supongo que eso significa que me iba a dar de comer en la cita.
Ahí estaba yo, viendo como Enzo se me adelantaba en salir del lugar. Miró para todos lados fijándose si había muros en la costa, Enzo me miró y con la mano hizo una seña para que salga. Dudé demasiado, si Scaloni se entera de esto estamos muertos.

Enzo se quedó de pie mirándome, la carita que tenía me hizo decidir, este pibe había preparado algo para mi <<¿Cuando vas a vivir algo así de nuevo?>> Se me cruzó por la mente.

Nunca había tenido un novio ni nada parecido, dudo que alguna vez lo vaya a tener, mí vida es el fútbol y en el fútbol de élite no hay putos. Era mí oportunidad de vivir este tipo de aventuras. Volví a cruzar miradas con Enzo y salí del lugar.

El moreno me sonrió cuando estuve frente a él de nuevo - Me re cagué... Pensé que te ibas a volver - dijo y luego me dio un beso.

- Acá no Enzo - dije yo afligido mirando para todos lados. Era bastante tarde por la noche y en esa calle no había nadie - Si nos ven vamos directo a la cárcel.

- Mmm que romántico sería ¿no? ir a la cárcel por tu novio - soltó él riéndose. Siempre se tomaba todo a la ligera, de verdad estábamos en peligro acá en Qatar. Quizás por ser extranjeros no vayamos presos, pero eso no nos iba a salvar de algún loquito que nos cague a trompadas. Uno nunca sabe.

- Vos no sos mí novio - le dije como ya era costumbre cuando a él se le pasaba esa palabra. Era una tarea bastante dolorosa, pero era lo que correspondía.

- Ya se, pero bueno... - dijo él haciendo una mueca despreocupada.

- ¿A donde me vas a llevar? - pregunté mirando a todos lados, él solo hecho de estar acá a fuera era una locura.

- ¿Tas con hambre? - soltó Enzo.

- ¡Y si! - contesté yo - Me dijiste que no vayamos a cenar con los chicos. Más te vale que me lleves a comer algo.

- Si estás con hambre comete ésta - dijo Enzo tocándose la verga. Ay Enzo no me lo digas dos veces que te dejo sin pito.

Estuvimos ahí un rato hasta que un auto negro frenó en medio de la calle. Enzo seguía haciéndose el misterioso, yo estaba re confundido.

Del auto bajó uno de los hermanos de Enzo, Rodrigo creo que era su nombre, la verdad que tiene muchos hermanos y nunca me aprendí quién era quién.

- Hola Ro - dijo Enzo mientras se daba un abrazo con su hermano. Efectivamente era Rodrigo. El hombre me miró y sonrió como si yo fuera su persona favorita en el mundo, yo también le sonreí hacía mucho tiempo que no lo veía.

- ¡¡Julián!! - dijo mientras abría sus brazos yo me acerque a saludarlo y nos unimos en un cálido abrazo corto.

- Que tal Rodri ¿todo bien? - dije yo algo incómodo. La familia de Enzo no conocía mucho el espacio personal, ya sabía de dónde había sacado eso Enzo.

- ¿Está listo lo que te pedí? - preguntó el moreno mirando a su hermano.

- Si perro, Ya está listo.

Yo los miré a ambos, me moría de ganas de saber que mierda era - ¿Se puede saber que es lo que pidió? - formulé yo, y Rodri se rió de mis palabras.

- Que no le dijiste? - dijo él hermano.

- No boludo, si es una sorpresa - contestó el moreno.

La Picadura (Enzulian) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora