Capítulo 32: Solo hay un Sexo Fernández

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- Julián 17 -

Estaba viviendo un momento maravilloso en mi vida. Habían pasado tres días del partido contra Holanda, mañana tocaba semifinales ya. Mi situación con Enzo era increíble, cogíamos todos los días, a mi me encantaba, pero a él se lo veía un poco raro, capaz estaba agotado el pobre, yo quería besarlo todo el tiempo y no le daba mucho descanso, supongo que estar boca abajo mordiendo la almohada para no gritar requería menos esfuerzo físico que estar horas moviendo la cadera para hacerme gemir.

Creo que mientras estemos dentro del predio Enzo y yo podemos sentirnos seguros, aprovechaba que mis compañeros no iban a decir nada y hacía como si él fuera mi novio. El moreno es la persona más servicial del planeta, buscaba mi comida, me hacía mates, me bañaba siempre que lo dejaba, él hacía todo por mi. Era el hombre perfecto, que suerte tuvo Valentina, siempre le tuve un poco de envidia, pero ahora Enzo ya no estaba con ella y yo tenía al moreno 24/7. Intentaba disfrutarlo tanto como era posible, ya que sabía que después del mundial no lo iba a ver en mucho tiempo.

Era un poco triste pensar en eso. Esto es lo mejor que voy a tener con Enzo, luego del mundial no se iba a poner mejor que lo que teníamos ahora.

Es difícil admitirlo, pero Enzo nunca será mi novio, nunca voy a poder actuar con él de la forma en la que actúo acá en la concentración.
El nunca me va a agarrar de la mano por la calle o besar mis labios en frente de todos, solo acá en Qatar lo podíamos hacer.

Es irónico, este país es quizás uno de los peores del mundo para ser gay, pero ahí estábamos yo y Enzo cogiendo todas la noches en Qatar, fingiendo que esta sería nuestra vida a partir del momento en que dejemos esta concentración. Estábamos siendo muy ingenuos...

El entrenamiento había terminado tipo seis de la tarde, la temperatura estaba bastante agradable, por momentos hasta se ponía fresco, eso era un alivio ya que cuando llegamos el calor podía ser bastante intenso.

Volví caminando a las habitaciones junto con Cuti y Licha, lo admito, ellos no me caían tan bien hace unos días atrás, pero el ambiente mundialista de unión que había en los entrenamientos sanaba todo. De verdad me sentía muy cómodo con todos en el equipo, hasta con Lautaro las cosas estaba yendo mejor, hasta Enzo comenzó a hablar más con el Toro, era increíble. La unidad era clave si queríamos ganar a Croacia y pasar a la gran final, de tan solo pensarlo se me ponía la piel de gallina.

Me encantaba pasar tiempo con el Cuti, a pesar de sus defectos, cuando lo escuchaba hablar me hacía sentir como en mi casa, ese acento bien cordobés era una caricia a mis oídos al lado de tanto porteño/bonaerense/rosarino, ese acento rioplatense era el peor de argentina, salvo cuando salía de la boca del hermoso Enzo Jeremías Fernández. Esa voz me hacía activar mis más pervertidos sentidos cada vez que me susurraba al oido, era realmente un truco de magia. Enzo hablaba y ¡pum! se me paraba el pilín.

Con los chicos veníamos hablando de sexo, y es que pensar en Sexo Fernández tenía sus consecuencias.
Licha contaba todo con mucho detalle para mí gusto. Nunca estuve muy de acuerdo con eso, era como exponer demasiado a tu pareja. Yo no conocía a su mujer pero ya sabía que la mina tenía mínimo siete orgasmos por polvo y que le gustaba que Licha se la coja en cuatro y tirándole el pelo, era mucha info.

El Cuti era mas caballero en ese sentido, a pesar de ser un chismoso de mierda curiosamente con su mujer no era lo mismo. Cuti si participaba y contaba intimidades, pero no tan explícitas cómo lo hacía Licha, y cuando decía algo zarpado siempre era en broma.

- Por ejemplo Karen ella es muy buena en la cama, pero hay algo que le falta, no se - explicó Cuti.

- Pero es tu esposa Cuti, o sea, hace como cuatro años que estan juntos - habló Licha - Esas cosas se pueden hablar.

La Picadura (Enzulian) [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora