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5: "Eddie Thawne"

Obviamente lo que pensé hace algunos minutos, de no dormir hasta encontrar que o quien era "El rayo de luz", había sido una metáfora. Porque ahora me encontraba en mi departamento con cobijas encima de mí y un té hecho por Barry.

Una vez que terminé de decirle lo que había pasado a Barry, él no quería dejarme sola, ya que, Joe no había accedido a darme mi arma hoy. Esto era debido a que era muy tarde en la noche y no volvería a la estación.

Minutos después de que me rogase, accedí a que Barry me acompañara. Llegamos a mi departamento y, como buena persona con modales que soy, con mala cara, lo invité a pasar. Estaba demasiado agotada y le dije que iría al sillón a acostarme. Barry llegó unos minutos después con un té verde con limón en sus manos. Me lo tendió y ahora estamos hablando sobre cosas que tenemos en común.

-¿Siempre tomas té?-me preguntó Barry-Es decir, ¿Nunca tomas café?

-¡Claro que tomo café! Simplemente...-dije ybajé mi tono de voz al igual que mi sonrisa decayó un poco-Hace mucho que no estoy triste...

-¿Cómo que no estás triste?-Mierda, lo dije en voz alta.

-Nada, es una tradición personal-respondí a su pregunta mientras me encogía más en mi montaña de cobertores.

-Anda, puedes decirme lo que sea-me dijo con una sonrisa tranquilizante, pero aún así no dije nada-Vamos, somos amigos

-¿Quién dijo?-le dije frunciendo el ceño, haciendo que su sonrisa se expandiera más sobre su cara.

-Yo-respondió simple.

-No es tan personal, pero no hablo mucho de esa tradición porque me trae recuerdos de alguien, pero siempre tomo café fuerte en exceso cuando estoy triste, es decir, si tengo una semana triste, no tomo té en esa semana

-¿Por qué?-me preguntó acomodándose en la silla que estaba al lado de mi sillón.

-No sé, simplemente el té, para mí, simboliza felicidad, algo ligero-le dije mientras veía sus ojos verdes-En cambio, el café es algo pesado, espeso, fuerte y oscuro y simplemente me acompaña en mi tristeza...

-Oh-dijo Barry. Un silencio incómodo nos cubrió hasta que él decidió hablar después de mirar su reloj-Me tengo que ir, es tarde

Se levantó y yo intente de hacerlo si no fuera por que él me acostó de nuevo. Me quedé mirando a sus ojos y el hizo lo mismo.

-Adiós, y duerme-me dijo y besó mi mejilla. Cuando alejó su cara de mí, me hundí más en mis cobertores ocultando mi rubor.

-¡Cierra la puerta con seguro, por favor!-le grité desde el sillón. Lo vi negar la cabeza y reír antes de salir.

Miré la hora que tenía mi celular con números grandes.

1:00 a.m.

Mis ojos se cerraron poco a poco y la imagen de Barry apareció en mi cabeza. Me la había pasado muy bien esta noche. Después de todo, no era malo tener un amigo que velara tu noche.

-Hola, Joe-le dije al entrar a la estación de policía. Joe se volteó a verme y me miró con preocupación.

-¿Estás bien?-me preguntó.

-Sí, ¿Por qué?-le pregunté extrañada.

-Barry me comentó lo que te pasó anoche, que te asaltaron, se podría decir-me dijo un poco apenado. Claro, Barry al llegar a casa le dijo a Joe. Nunca supe por qué, Barry tenía que vivir con Joe si no era su padre. Sí conocía a Barry pero no sé porque no me lo ha dicho. Yo nunca le he preguntado por qué, pienso que de seguro es un tema delicado y no lo quiero hacer hablar de algo que no quiere hablar-Hoy no te daremos tu arma, tendrás que entrenar para poder defenderte con tus propias manos y luego con armas

-Oh, claro ¿Cuando empezaré?-le pregunté.

-Hoy, arriba al lado del laboratorio hay un lugar con sacos de golpear, ahí estará la persona que te va a entrenar, probablemente ya lo conozcas. Te daré tiempo de irte a cambiar a tu casa si es que no está muy lejos, todos los días deberás traer ropa para entenar

-De acuerdo, ahora vuelvo-le dije y salí de ahí para caminar hacia mi departamento.

Una vez que llegué cambiada con mi ropa para entrenar y la ropa normal en mi bolsa. Subí las escaleras y pasé por el laboratorio en el que estaba Barry examinando unas muestras. Me paré en el marco de la puerta y el sonrió.

-¿Cómo dormiste?-me preguntó con una sonrisa en la cara. Estaba a punto de contestarle, cuando sentí a una persona atrás de mi. Antes de que pudiera voltearme "esa persona" habló.

-¿Durmieron juntos?-preguntó pícaro. Rodé los ojos y vi a Barry fruncir el ceño en dirección de Eddie.

-Edward-lo llamé por su nombre completo. Me volteé y tome sus hombros-Esas son cosas que no te importan

-¿Entonces si lo hicieron?-dijo con una sonrisa.

-¡No! ¡Solo somos amigos!-exclamé.

-Ajá como digas-gruñí ante su contestación.

-Adiós, Barry-le dije de mal modo, gracias a Eddie, mientras caminaba hacia la sala de entrenar. Dejé mi bolsa en una de las bancas que estaban ahí y empecé a estirar.

-Debo decir que esos pantalones de ejercicio te quedan muy bien-dijo Eddie en el marco de la puerta observándome. Obviamente mis pantalones eran pegados a mis piernas.

-Jódete, Thawne-le dije mientras me levantaba.

-Y ¿Qué haces aquí?-me dijo mientras caminaba al interior de la sala.

-Esperando a alguien-le respondí al terminar de estirar.

-Oh, que casualidad-me dijo con su típica sonrisa Colgate que quería arrancar de su cara y pisotear-Yo también espero a alguien

-¿A sí?-le respondí mientras me paraba del piso y sacudía mis pantalones.

-Sí, ¿Y tu a quién esperas?-me preguntó Eddie.

-A mi entrenador-me dijo mientras volvía a examinar mi cuerpo por la milésima vez en este pequeño rato, me sentí un poco incómoda por su mirada recorriendo cada espacio de mi cuerpo que carraspeé-Mi cara está aquí-le dije mientras hacía círculos alrededor de mi cara con mi dedo, señalándola. Eddie dejó de ver mi cuerpo y me volteó a ver con una sonrisa pícara.

-Hola, mi queridísima Ann-fruncí el ceño en su dirección cuando resaltó la palabra "Mi"-Me llamo Edward Thawne...

¿Qué demonios? Yo ya sabía su nombre. ¿Qué está tramando'

-Am... Eddie, ya sé tu nombre...

-Como decía-me dijo fulminándome con la mirada por haberlo interrumpido-Soy Eward Thawne... tu nuevo entrenador