7: "Confessions"

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Ya habían pasado meses y estaba mejorando en pelea. Había podido derrotar a Eddie solo una vez con la excuas de que "Me dejó ganar", simplemente no quiere aceptar que una chica le había ganado. Barry y yo hemos salido a tomar café y al cine muchas veces; me gustaba pasar tiempo con él. Así de simple: me sentía relajada y segura con él. Me gustaba sentirme segura y ni se diga, relajada.


-Hey, Barry-le dije mientras me apoyaba en el marco de la puerta. Él solo tomó todos sus papeles y los metió a su portafolio. Serio y sin ningún rastro de alguna sonrisa pasó por al lado de mí sin decirme "Hola" ni nada. Se supone que él y yo somos mejores amigos, ¿Qué me estará escondiendo? Sacudí mi cabeza mandando esos pensamientos a el rincón oscuro de mi cerebro, donde guardaba lo que no quería pensar en ese momento. Corrí escaleras abajo en busca de Barry, salí de la estación de policías y corrí hasta ver a Barry caminando en la calle. Llegué a su lado y hablé, una vez que me había dado cuenta que nunca se percataría de mi presencia.

-¿Qué tienes Barr?-le dije, mientras caminaba a su lado. Él levantó la vista de su teléfono para verme a mí. No estaba alegre como siempre, una vez que me terminó de ver a mí, siguió viendo su teléfono-¿Por que me ignoras? Se supone que somos mejores amigos, Barry, me puedes decir lo que quieras

Seguía sin contestarme. Decidí actuar y le arrebaté su teléfono, él corrió detrás de mí pero yo me metí a un pequeño callejón. Seguí corriendo y volteé hacia atrás. ¡Ha! ¡Se había quedado atrás!

Cuando iba a voltear a ver hacia enfrente, choqué con un cuerpo, haciéndome caer en mi trasero. Levanté la vista y ahí estaba Barry con una sonrisa triunfante. Me levanté y corrí del lado opuesto, pero apesar de que yo fuese muy rápida, él me alcanzó demasiado rápido, quedando enfrente de mí. Choqué de nuevo con él, pero esta vez no caí al piso, sino quedé recargada en su pecho. Él puso sus brazos alrededor de mí y yo, sin que él se diese cuenta, escondí su celular en mi bolsillo.

-Devuelve lo que es mío, Speedy-me dijo Barry y sentí un nudo en mi estómago, mi gesto cambió de uno alegre a uno triste. Bajé la mirada aguantando mis lágrimas.

-Ése apodo no-le dije acostando mi cabeza en su pecho, evitando su mirada.

-¿Por qué no?-me preguntó buscando mi mirada, la cual no obtuvo ya que yo escondí mi cabeza en sus brazos. Me sentía triste, no quería que el me viese así.

-Porque no

-¿Me dirías si yo te digo lo que me pasa?-me preguntó, subí mi mirada para encontrarme con la suya. Asentí lentamente y el sonrió un poco.

-Solo estoy un poco triste porque hoy veré a mí papá y no siempre lo veo

-¿No deberías estar feliz?-le dije mientras ponía mis brazos en sus costados, abrazándolo.

-Em, no está en las mejores... condiciones

-Oh-le respondí. Debería ser muy difícil que tu padre no esté en las mejores condiciones y solo poderlo ver pocas veces en mucho tiempo. Bueno, los míos no los podré volver a ver-¿Quieres que te acompañe a verlo? Así puede ser más fácil para tí, bueno, no sé si sería pero yo solo digo...

-Gracias, pero no, creo que debo hacer esto solo-me dijo y besó mi frente. En especial que hiciese eso me hacía sentir en casa. Mi padre siempre me daba besos en la frente cuando estaba vivo y era pequeña. Barry besaba mi frenete y eso me hacía sentir como si estuviera con mi padre, como si nunca se hubieran ido.

-¿Y tú? ¿Qué tiene el apodo de Speedy?-me preguntó y yo tomé una bocanada de aire.

-Yo... es que yo tengo unos parientes lejanos que no he visto desde hace mucho tiempo y...-dije mientras una lágrima caía por una de mis mejillas. Respiré hondo y me preparé para hablar de nuevo-Y a una de ellas la llamaban Speedy y eso simplemente me trae muchos recuerdos... y...-y luego empezaron los sollozos. Barry me abrazó más fuerte y agradezco que lo hiciera porque mis piernas empezaban a hacerse gelatina. No podía caminar por lo que Barry me cargó un poco y se sentó en una pequeña banqueta, sentándome en su regazo. Lo abrasé y lloré en su pecho mientras él solo me abrazaba de regreso y acariciaba mi cabello.

Me separé de él y limpié mis lágrimas con las mangas de mi suéter.

-Lo siento-dije mientras, con la manga de mi suéter, limpiaba las lágrimas que había dejado en su suéter.

-No te preocupes, te acomopañaré a tu departamento e iré con mi papá-me dijo y caminamos hasta mi departamento. Cuando llegué, abrí la puerta de mi departamento y me quedé parada en la puerta. Barry se veía un poco cansado de la caminata hasta mi hogar.

-Gracias por todo-le dije mientras lo abrazaba-Eres mi mejor amigo, Barry

-Tú también eres mi mejor amiga, Ann, te quiero-dijo, se separó del abrazo y besó mi mejilla-vuelvo a las siete y ¡Yo traigo la pizza!-me dijo mientras se alejaba para tomar el taxi que estaba llegando. Me sonrió mientras caminaba de espaldas.

-¡Vale! ¡Adiós!-le dije mientras lo veía meterse al auto con una sonrisa de oreja a oreja. Caminé hacia el piso donde se encontraba mi habitación del edificio. Entré, una vez que terminé de abrir la puerta y aventé mi bolso a una de las mesitas que estaba al lado de mi puerta. Tomé mi computadora que estaba en la mesita de enfrente de mi sofá y me senté en el sillón, poniendo la computadora en mi regazo. Un pequeño aviso apareció en mi computadora haciendo un sonidito, indicándome que me había llegado un correo.

Ven a mí, tú sabes donde estoy, pero no sabes quién soy, encuéntrame - F.V.

¿Qué fue eso? Me pregunté a mí misma. Seguro son de los adolescentes haciendo bromas, ay, chicos de estos días. Cerré mi computadora y caminé a la cocina dispuesta a hacer un café para Barry y un té para mí. Eran las seis cuarenta y yo ya estaba en el sillón con cobertores encima esperando a Barry mientras buscaba en mi mente alguna película que pudiéramos ver.

El timbre de mi departamento sonó y me levanté sonriente para abrirle la puerta a Barry.Abrí la puertade mi departamento, no vi nada pero solo sentí unos labios posados en los míos y unas manos en mis mejillas.

The Flash ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora