Estábamos peleando.
No recuerdo cómo todo había empezado. No recuerdo que me dijo. Primero platicando, riendo, luego el volumen fue subiendo y subiendo hasta gritar. Dicen que entre las parejas es normal pelear... ¿Esto es normal? Hemos estado peleando por horas, él me dice algo, yo le contesto con otra cosa. De tema en tema, de palabra en palabra. Insultándonos así de fácil.
Barry se mudó a mi departamento hace dos meses, lo sé, es un poco rápido pero no es como si nos hubiéramos conocido ayer. Desde el día en que se mudó, todo estaba bien. No entiendo que pasó hoy.
Peleamos sólo por tonterías hasta que llegamos al tema de la familia.
Yo sabía que él estaba furioso. Lo notaba por su gesto; cejas juntas, cara con un poco de rubor por el enojo, la vena de su frente se marcaba y hacía algo raro con su mandíbula, haciéndome saber que la estaba apretando, sus manos estaban hechas puños y sus ojos mostraban molestia. Hasta en un momento empecé a tener miedo de él, se veía como un volcán a punto de explotar.
Hasta que lo hizo.
— ¡Tú sólo eres una mujer desesperada que se enamora de cada chico que se cruza en su camino! —exclamó furioso. Mis ojo se aguaron y mi pecho comenzó a doler. Lo que acababa de decir había roto mi corazón en mil y un pedazos. Las lágrimas se acumularon haciendo que mi vista se nublara un poco. Resistí y empujé hacia un lado mis ganas de llorar, mi cara estaba en un gesto duro, frío. Mis manos estaban hechas puños, ceño fruncido. Ahora yo estaba furiosa.
— ¡No tienes ningún derecho de decir eso! —exclamé apuntándolo con mi dedo índice, deseando que eso sacara todo mi enojo hacia él. Su cara se puso aún más roja. Su ceño se frunció más, su mirada bajó por un segundo, parpadeando lentamente con frustración. Yo sabía que estaba intentando de contener su enojo pero en ese momento no me importaba nada. No quería verlo. Quería que se fuese. No podía estar viéndolo a la cara sin pensar en lo que acababa de decirme.
— Sí tengo derecho de decir eso...—me dijo, al ver mi mirada de confusión, continuó— Porque... ¿Qué voy a hacer cuando me dejes como a los demás? ¿Qué voy a hacer? No tengo a nadie, no soy como los demás chicos con los que has estado, ¿Atléticos? ¿Guapos? ¿Fuertes? Soy algo muy diferente ¡Nunca entendí por qué me elegiste a mí! ¡Estoy seguro que algún día me dejarás y no tendré a nadie! ¡NADIE!!
— ¡Yo nunca te dejaría, Barry! —grité. Jalé mi cabello con frustración hasta que mi cráneo dolió— ¡Dios, mío! Nunca lo haría...
— ¡Lo estás dudando! ¡Lo sabía!
— ¡No lo estoy haciendo! ¡Yo nunca te dejaría!
— ¡Lo dices porque no sabes nada sobre perder a alguien!
— ¡OH NO LO DIJISTE!
— ¡Sí lo hice! ¡Tú no sabes cuánto dolió perder a mi madre!
— ¿Estás diciendo que no sé nada sobre perder a alguien? — hice una pequeña pausa para ver si se atrevía a contestar esa pregunta. No lo hizo, así que continué, en un tono más bajo de voz— Mi mamá...—empecé, ahora las lágrimas estaban bajando frenéticamente por mis mejillas.
—Ann...—me dijo y yo lo callé con una seña. Me sentía demasiado molesta, triste y decepcionada de él.
—Ella murió en el mismo accidente en el que murió mi padre...
—Ann...
—Mi hermana y mi abuela... Barry...—dije, las lágrimas caían de mis mejillas a mi pecho, mojando un poco de la camiseta que traía puesta. Mis ojos ardían y mi sentía un nudo en la garganta que era incapaz de deshacer. Mi pecho dolía, haciendo difícil respirar. Barry iba a decir otro "Ann..." pero lo interrumpí diciendo— ¿No crees que sé al menos un poco sobre perder a alguien que amo?
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The Flash ©
FanfictionUna noche en central City, el acelerador de partículas de S.T.A.R Labs tuvo una falla en el sistema y explotó, mandando un campo de materia obscura hacia toda la ciudad. Muchas personas fueron afectadas por esto y el acelerador de partículas les di...