Hermione estaba a una gota de caer en la locura.
Luego de aquel segundo encuentro con Draco Malfoy había pasado todos los días recorriendo la biblioteca de arriba a abajo. Había buscado en cada libro, incluso de la sección prohibida, para demostrarle a Malfoy, sin decírselo claro, que podía encontrar algo ahí.
Pero no lo hizo.
Él tenía razón. No iba a encontrar nada en el colegio. Por una cuestión de magia avanzada o para que ningún estudiante se pudiera pasar de la raya, no había nada más que pudiera encontrar salvo lo básico.
Iba a volverse loca.
Faltaban dos días para que se cumpliera el plazo y seguía releyendo los libros en la biblioteca.
-Hermione, si no paras vas a terminar volviéndome loca a mi – Le dijo Ginny quien se encontraba con ella realizando un trabajo de pociones – ¿Por qué sigues leyendo esos libros una y otra vez? Si no encuentras nada podrías hablar con McGonagall u otro mago.
-McGonagall tiene demasiados problemas para ocuparse de lo que yo hice.
-Sabes que si se lo pides, te ayudará.
"Aparte, no ganaras nada siguiendo con eso, todavía estás en Hogwarts, salvo que decidas irte a pasar tu navidad a Australia.
Hermione dejó de leer. No había considerado la idea de pasar navidad con sus padres. Aún no se sentía capaz de devolverle la memoria y al paso que iban, no lo lograría pronto.
-No puedo irlos a buscar y traerlos como si nada. Si voy en navidad, seguramente quieran que me quede con ellos y yo tampoco podría dejarlos solos.
-¡Entonces suelta esos libros de una vez y descansa! O en su defecto, hagamos el trabajo de pociones, ni siquiera has escrito la mitad de los cuarenta centímetros que nos piden.
-Un poco más y comienzo.
Pero ese poco más fue mucho más. Hermione no iba a dejarse vencer por Draco Malfoy, pero ya no le quedaban demasiadas alternativas.
Quizás podría beneficiarse de algo que él le diera, aunque pareciera imposible.
El jueves por la noche, día previo a que se terminara el plazo, se pasó horas dándole vueltas en la cama al asunto.
Draco Malfoy sabia la verdad y ella había sido una idiota. No habría forma de convencerlo y cuanto más tiempo dejará pasar, más insistente se pondría él.
Le sorprendió que su forma de saber la verdad fuera un trato. Ni magia, ni tortura o amenazas, él le ofrecía ayuda. No podía imaginarse a Draco Malfoy ofreciéndole ayuda a alguien, mucho menos a ella.
Pero le daría información y quizás, una muy valiosa. Hermione era una persona perfeccionista y aunque con lo que sabía podía hacer lo que necesitaba, ella quería más. Necesitaba a sus padres con ella y que estuvieran bien. No podía dejar que tuvieran lagunas de recuerdos o que tarde o temprano necesitarán asistencia. Hermione había decidido darles ese destino y ella tenía que solucionarlo.
Sin embargo, la posibilidad de que la engañara era muy probable. Él no era una persona de tratos y buenas relaciones.
Pero McGonagall había dicho algo y Hermione tenía que admitir que era cierto: Draco Malfoy había cambiado.
No era el cambio más grande del mundo, pero sin duda, ya no era el mismo hostigador fanático de la pureza de la sangre y mortifago que había solido conocer.
Al principio pensó que eran simples apariencias, para poder estar en paz en el colegio. Se había enterado de que la libertad de los Malfoy pendía de un hilo. No era raro que quisiera resguardarse, después de todo, era un cobarde.
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Arcade [Dramione]
Fanfiction"Te amare cada día de mi vida. Siempre encontrare la forma de llegar a ti, no importa que suceda." Lord Voldemort ha sido derrotado. Muchos pudieron encontrar la calma luego de la tormenta. Pero ellos no. Ella no logra encontrar la paz. Él quiere re...