Arcade [Dramione]

Capitulo 13.

-¡Estoy embarazada! - Dijo Fleur mientras se abría la chaqueta dejando al descubierto una pequeña barriga.

El grito que pegaron Ginny y Hermione fue tal que seguramente habrían despertado a alguien en otro continente. Ginny se lanzó a los brazos de Fleur y Hermione se acercó a felicitar a Bill.

-¡Voy a ser tía! ¡No puedo creerlo! - Dijo la pelirroja mientras ponía una mano en el vientre de Fleur - ¿Desde cuando lo saben?

-Hace tres meses, pero estoy de cinco.

-¡¿Tres meses?! ¿Y no me dijeron nada? - Preguntó indignada.

-No se lo dijimos a nadie hasta que pasó el cuarto mes, aparte, queríamos darles la noticia a ambas en persona.

-Sigo enojada contigo - Ginny miró acusadoramente a Bill - Pero no puedo enojarme contigo dulzura - Y volvió al vientre de Fleur.

-Felicitaciones, serán grandes padres - Les dijo Hermione con una sonrisa.

-Y tu una gran tía Hermione - Dijo Bill poniendo una mano en su hombro - No importa que suceda.

Hermione le sonrió. Se sentía lindo saber que tenía una familia ahí, que no estaría sola en caso que todas las cosas se complicaran.

-¿Cuándo nacerá Fleur? - Pregunto Hermione.

-Creemos que a principios de Junio, aunque también podría ser en Mayo.

-Dime que es por favor - Suplico Ginny.

-No lo sabemos, hemos decidido esperar al nacimiento.

-Uff - Ginny parecía una niña pequeña haciendo puchero y con su emoción - No importa, su primer regalo será una escoba.

Todos se rieron, pero sabían que era verdad.

Habían pasado varias horas desde que las chicas llegaron. Ginny había ido junto con Bill a un partido de Quidditch que jugaban dos equipos pequeños de Gran Bretaña y Molly salió con Fleur a hacer compras navideñas. Aunque fue invitada a ambas cosas Hermione declinó amablemente las invitaciones, pues no se sentía con ganas de pasar el día con un actividades.

Estaba muy cansada. Había dormido demasiado mal y los nervios de volver a la madriguera la habían consumido por completo. Ahora se encontraba sola, ojeando una de sus novelas muggles aunque con pocas ganas de concentrarse para leer algo.

Se levantó de la cama y se dirigió a la ventana. El atardecer se veía hermoso. Cuando veía cosas tan bellas, no podía creer cómo el mundo a veces podía ser tan horrible.

Se quedó un rato largo contemplándolo sin moverse de su lugar, cuando el ruido de la puerta la sacó de su tranquilidad. Empezó a escuchar voces que no podía distinguir. Probablemente todos habían vuelto del ministerio: Arthur, Percy, Harry y Ron. El primer hermano aún vivía con ellos para recuperar el tiempo perdido, por lo que la casa estaba un poco más llena.

Tomó aire y salió de la habitación. Debía saludar a todos. Al menos habría tanta gente que no tendría que pasar un momento incómodo con Ron.

Pero apenas pudo ver el salón cuando bajaba las escaleras se dio cuenta que en su radar solamente estaban sus dos amigos. Se encontraban de espaldas a ella y estaban preparando algo de comida en la mesada.

-Pensé que estarían aquí, pero al parecer han decidido desaparecer - Dijo Harry.

-Hermione debe estar absorta en uno de sus libros, te apuesto diez galeones - Respondió Ron.

-Pues acabas de perderlos, porque estoy aquí - Soltó Hermione sin poder evitar sonreír.

Ambos amigos se dieron vuelta, pero ella solo tenía ojos para Ron. Al igual que Harry, estaba más grande y musculoso. Una serie de pensamientos poco apropiados se le vinieron a la cabeza pero los alejó rápidamente.