– Un esfuerzo más señor Malfoy – Le dijo Madame Pomfrey mientras sostenía su cuello.
Draco no pudo evitar poner mala cara. Hacía una semana que se la pasaba haciendo esos malditos ejercicios para fortalecer su cuello. Los odiaba, le hacía doler mucho más de lo que lo sanaba, pero según la enfermera, esto serviría para una mejor recuperación, ya que, si bien su caída no había sido severa, si era riesgosa luego del ataque que había sufrido.
Al menos no tenía que usar ese maldito cuello metálico.
Luego de la explosión, Draco había sido dado de alta rápidamente al otro día con varias instrucciones para su pronta recuperación, entre ellas una poción en crema para su brazo quemado y las malditas sesiones de terapia que debía cumplir rigurosamente.
No se sabía de quién había sido la explosión, pero sí que varios estudiantes resultaron quemados por dejar caer sus calderos, aparte del humo que no fue beneficioso para los pulmones. El examen había pasado a ser un ensayo escrito y después de esto, se habían reforzado algunas medidas para que en caso de que alguien no pudiera seguir unas simples instrucciones, no terminara derrumbando todo a su alrededor.
– Bien, hemos terminado.
Draco se incorporó lentamente y comenzó a tomar sus cosas.
– Mañana lo espero nuevamente a la tarde.
– ¿Por cuánto más debo hacer esto? – Preguntó con un tono demasiado grosero, incluso para él.
– Al menos una semana más, salvo que quiera arruinar todo el trabajo que hicieron los medimagos haciendo que no se quede paralítico – Le respondió bastante molesta.
– Bueno, gracias, supongo – Se sentía bastante incómodo. Hacía tiempo que había expulsado esa manía de hablarle mal a cualquier persona, pero sobre todo, a sus superiores.
– Que tenga una buena noche joven Malfoy.
– Usted también.
Draco salió de la enfermería a un paso lento, demasiado para que cualquiera que lo mirara con detenimiento se diera cuenta que algo tramaba.
Pero él no tramaba nada, él solo quería verla.
Luego de todo lo sucedido, por razones obvias, no habían podido verse. Supo que estuvo en la enfermería hasta el Sábado y luego de eso, solo se la cruzó en el gran comedor a la hora de comer. Se dio cuenta rápidamente que Weasley y Lovegood no se le despegaba de al lado y sobreentendido que por eso no habían podido verse.
Aunque se sintiera patético por decirlo en voz alta, fue todas las noches desde que ella salió a la torre de astronomía esperando que ella fuera, pero no lo hizo. Se molestó, por supuesto. No era una persona paciente y mucho menos, no le gustaba no tener lo que quería.
Él quería verla.
Tuvo que convencerse que Granger estaba restableciendo su vida poco a poco y no debería interferir, aunque una voz insegura en su cabeza no paraba de decirle que ahora que ella tenía a sus amigas al pendiente, no lo necesitaba. Que él solo había sido una distracción de la realidad y que ella no volvería a hablarle.
No entendía en qué punto a él podría haberle importando que Hermione Granger tuviera alguna especie de afecto por él, pero al parecer, había muchas cosas que le habían importado poco antes y ahora eran algo prioritario en su mente. Pasó tantos días debatiendo sus sentimientos de amistad hacia Granger que terminó desistiendo de seguir pensando en ella y que sucedía entre ambos. Aunque le costó decidió dejarlo fluir hasta que ambos supieran que sucedía.
Pero era difícil. No se había sentido así por nadie nunca y todas esas nuevas sensaciones eran raras. Pensó en un punto que era porque él nunca había tenido amigos tan cercanos, pero Pansy era su mejor amiga, de una amistad bastante rara, aunque sentía mucho amor por ella, no había sido tan intenso.
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Arcade [Dramione]
Fanfiction"Te amare cada día de mi vida. Siempre encontrare la forma de llegar a ti, no importa que suceda." Lord Voldemort ha sido derrotado. Muchos pudieron encontrar la calma luego de la tormenta. Pero ellos no. Ella no logra encontrar la paz. Él quiere re...