Capitulo 14.

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Era la mañana de navidad.

Todo había sido tan mágico que Hermione olvidó por al menos unos días su propio infierno personal.

A pesar de ser las primeras fiestas que pasaban sin Fred, la familia no perdió el espíritu mágico. En un primer momento, a medida que se acercaba la navidad, las caras largas empezaron a llegar. Cada tanto Molly largaba unas lágrimas, Ginny se quedaba en blanco y George no salía de su habitación.

Sin embargo, dos noches antes Charlie obligó a que todos se sentaran en la mesa y dio un discurso sobre Fred. Que él vivió su vida riendo y que pasar las fiestas llorando sería no rememorar su vida como la merecía. Que si querían que su sacrificio y valentía no fueran en vano, debían disfrutar esa vida que tenían. Podían estar tristes y llorar, pero no debían perder la oportunidad de celebrar junto en familia, ya que sabían que nada era permanente y que bien se lo había demostrado la vuelta de la guerra mágica hacía unos años.

A partir de estas palabras, las cosas mejoraron. Si bien Molly lloraba, eran recuerdos melancólicos y de alegría. Ginny se quedaba en blanco y luego recordaba algo sobre Fred. George intentaba no pasar más tiempo del debido en su habitación e incluso invitó a Percy a dormir con él la noche previa ya que estaba acostumbrado a despertar a Fred saltando en la cama en navidad. Al mayor poca gracia le hacía pero le dio el gusto, sobre todo, porque nadie podía entrar a la habitación que alguna vez fue de los gemelos y su hermano le estaba dando la oportunidad a él luego de todo lo sucedido.

Esa mañana a Hermione no la despertó una pesadilla, si no, el olor a galletas navideñas. Había dormido seis horas seguidas y era algo que no pasaba hacía mucho tiempo. Se sentía nuevamente feliz.

Ginny no se encontraba en la cama, cosa que era bastante rara, puesto que Hermione solía levantarse mucho antes que su amiga. Cuando miro el reloj se dio cuenta porque. Eran las once de la mañana. En realidad no había dormido seis horas, sino que diez. Se sorprendió, sobre todo porque no había tenido pesadillas.

Se vistió rápidamente y fue al comedor, para encontrarlos con todos allí abajo, comiendo, riendo y escuchando música. Esa imagen fue simplemente encantadora: se había olvidado cómo se sentía eso.

– Mira quien se digna a acompañarnos – Bromeó George – Todavía tienes la marca de la almohada.

Hermione se comenzó a frotar rápidamente las mejillas, lo que hizo que los presentes largaran una carcajada.

– Bueno, ahora que Hermione está aquí ¡Es hora de los regalos! – Exclamó la señora Weasley.

Todos se acercaron emocionados al gran árbol que habían comprado.

Luego de la guerra, todos habían conseguido una compensación muy buena por su labor. Los Weasley nunca habían tenido tanto dinero, aparte, casi todos los hijos tenían buenos trabajos y colaboraban en la casa aun cuando no vivían en ella. Había tantas personas en esa casa como regalos, por lo que fue bastante caótico al principio.

– Bien, vamos a organizarnos – Gritó el señor Wesley luego de que viera como todos se amontonaban y gritaban los nombres de los otros buscando darle su regalo – Iré nombrandolos, vendrán a buscar sus regalos y los abriremos uno por uno.

Y así comenzó a llamarlos. Todos iban y venían y aunque parecía caótico al principio, luego de unos minutos, cada uno estaba sentado en un lugar rebosante de regalos.

– Bien Hermione, es tu turno – Exclamó el señor Weasley luego de pasar por varios de los presentes.

Hermione a pesar de tener una familia generosa, nunca había visto tantos paquetes. No sentía que mereciera tanto, aunque ella también había hecho regalos a todos. La señora Weasley le había tejido un sweater con su inicial, como de costumbre pero también traía unos guantes y bufanda a juego. El señor Weasley le regaló un Walkman, ya que había escuchado hablar de ellos y creía que a Hermione le gustaría. Bill, Fleur, Charlie y Percy le regalaron libros diferentes, cosa que agradeció bastante, pues eran de diferentes partes del mundo y no los conocía. George, por su parte, le regaló unos surtidos de bromas de sortilegios Weasley, que incluía varias plumas que escriben solas. Aunque finjo estar indignada porque le regalara cosas para bromas, le agradeció con una gran sonrisa que el chico le respondió con un guiño.

Arcade [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora