I
El alcance de una mujer siempre se ha limitado a las palabras de la sociedad. Si una dama se decidiera a poner esas palabras al lado, justo en el bote de la basura, no tendría más límites pues no habría obstáculos en su camino.
Georgina pensaba así; aspiraba a la cima y un sueño que sólo guardaba en un pequeño cofre dónde no cabían demasiado las fantasías. Aún así, ella soñaba.
Todas las mujeres casadas que conocía ya habían concebido al menos a dos hijos y ella, por más que lo había intentado, no lo lograba. La divinidad la había bendecido con belleza, inteligencia, fuerza, astucia, poder, riqueza..., pero no con fertilidad.
Y Georgina lo quería todo.
Ingresó a la extraña casita de madera con su esposo, que siempre portaba su traje militar a dónde sea que fuera.
Tuvo que estirar un poco su pomposo y largo vestido, pues se había atascado con una enorme astilla de aquel lugar casi en ruinas.
— Por dios santo —exclamó la mujer, deshaciéndose por fin del problema y continuando con su camino hasta dónde se encontraba un hombre de mirada extraña con un saco y pantalón de vestir, ambos desgastados.
— Dígame, ¿cómo puedo ayudarle? —dijo el hombre dirigiéndose al esposo de Georgina.
— Le envié una carta, usted sabe por qué estoy aquí —intervino la castaña, llamando la atención del señor.
— Claro, claro —empezó a recordar—. ¡Esa carta!
El hombre se levantó de inmediato de su asiento y fue a un pequeño cuarto oscuro, del cual sacó un frasco con un corazón totalmente negro.
— ¿Qué es esto? —escupió Georgina disgustada, al recibir en sus manos dicho frasco.
— Eso es, Señora de Limantour, un corazón con un hechizo de maldición. Deberá comérselo en una noche de luna llena, deseando con fuerza el hijo o la hija que desearía tener, imaginando hasta el último detalle de su físico, habilidades y personalidad y a la semana siguiente, estará embarazada. Pero, como le dije, es un hechizo de maldición. La gente hacía esto antes para crear seres del mal y enviarlos a atacar a sus enemigos. Significa que toda su familia será maldecida después de esto, sobre todo su hijo o hija, quien podría convertirse en oscuridad. Alcanzará su auge cuando su progenie tenga dieciséis años. Aún así, ¿está segura de querer hacer esto?
— Estaré preparada para cualquier desventura, usted no debe de atormentarse por una desgracia que no le concierne —la mujer tomó el frasco y abandonó el lugar junto a su marido, no sin antes dejarle un saco lleno de dinero al hombre.
— Los humanos dicen ser incapaces de creer en lo que no pueden ver, pero aún así se tapan los ojos —agregó el hombre entre risas, mirando al matrimonio irse.
Y en una noche de luna llena, mientras la mujer pensaba fuertemente en el hijo o la hija que deseaba tener, comió ese misterioso corazón.
Nueve meses después, nació un varón saludable, con cabellos rubios y ondulados y ojos color azul como el cielo.
Nota de la autora:
Actualizo cada Miércoles y Viernes 🍃
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Más allá de su jardín
FantasyElliot nació por un conjuro que su madre, Georgina, cumplió al pie de la letra. Ahora, gracias a eso, su familia quedó maldita al igual que todos sus descendientes lo estarán. Para terminar con esa maldición, Elliot debe casarse con alguien de sangr...