Carta de Génesis

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03 de Marzo de 1884

Mi querido Alejandro,  

Todos estos años hemos compartido una amistad algo distante, pero a pesar de eso, sé que soy quien mejor te conoce. Sé que te gusta el color rojo, comerte el betún del pastel y que amas estar siempre en movimiento, jugando con el balón con tus amigos. Eres un alma libre, siempre honesto con lo que quieres y expresas tu disgusto ante las cosas como nadie... y yo adoro eso de ti.

Me gustas, Alejandro Rivera.

Sincera y profundamente, me gustas.

Me gusta que interrumpas a los maestros en clases para decir una broma que hace reír a todo el salón, me gusta que seas sociable con toda la gente y me gusta que te sientas importante cuando los profesores te felicitan por tus buenas calificaciones, aún cuando tu comportamiento en clases siempre destaca. Me gustan tus ojos cuando ríes, porque se ven brillantes y tiernos. Me gusta tu sonrisa divertida, porque puedes iluminar toda la habitación con ella. Me gusta que seas tú siempre que puedes y que seas todo un caballero con las mujeres, como en esa ocasión que ayudaste a Priscila cuando los niños se burlaban de ella porque le había llegado el período y fuiste lo suficientemente caballero como para darle tu suéter para que se cubriera. Creo que fue en ese momento en el que me enamoré de ti.

Quería escribir algo mucho más poético, pero te escuché decir una vez que odiabas la poesía y entonces, sólo pude pensar en escribirte algo simple y sin rodeos decirte:

Me gustas.

Con amor,

Génesis

Más allá de su jardínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora