Dieciséis poemas que no se entregaron.

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· PETER ·

Mi mente está llena de cosas que nunca le dije. Cosas que no llegué a decir, que no me dejaron decir. Y soy capaz de armar poemas con cada sector de mi mente que se robó. Con cada segundo que fue tocado por su piel.

Quiero hablar, quiero cantar, quiero gritar. Quiero gritar tantas cosas...

Para la clase de literatura, tuvimos que escribir algo. Algo salido desde el fondo, desde el interior, desde abajo de los escombros. Un poema, supongo. Pero no necesariamente un poema.

Y comencé:

"Te fuiste ¿Más directo que eso?

No estás. Estás lejos.

No sé si vives, si respiras, si sientes.

Porque no te veo, no puedo sentirte"

Borré. Tomé otra hoja.

· DIANA ·

"Y si no puedo amar ¿Merezco el amor?

Si me cuesta dar lo que le ruego al mundo que me den

Si no vivo sin el sentimiento que yo misma no puedo expresar

¿No me hace eso igual de imprescindible que una piedra en el camino?

No merezco más amor que el trébol de tres hojas al que dejaste tirado.

Y no canto victoria si tus brazos me devuelven la paz.

Porque si en el dar-y-recibir me pierdo en recibir, recibir, recibir...

No merezco más tu amor que quien no te ama.

Si quiero amarte pero no sé cómo ¿valgo algo?

¿Valgo tu amor por intentar o no debo forzar al corazón a derretirse por alguien?"

· PETER ·

"James, estoy cansado de vivir entre tu ausencia y el precipicio. Tu ausencia me empuja a él y no me muevo.

Tal vez sigo esperando que tus brazos reclamen mi alma y vengan a salvarme de mi propia caída, de caerme al vacío donde estoy más lejos de tu ausencia, pero aún más lejos de ti.

A veces olvido que ya tenía preocupaciones cuando estabas aquí. No puedo recordarlas. ¿Eso tiene sentido?

Creo que me canso de ver tu nombre en mis canciones, tu rostro en mi mente. Tus manos no se quedaron en las mías, y eso es lo que sí debió quedarse. Tus labios no se quedaron en los míos. Y creo que mi voz no se quedó en tu conciencia.

Tiraste en un segundo lo que lleva meses y meses aferrándose con uñas y dientes a mi corazón. Por Dios, James ¿cómo hizo tu corazón para soltarse tan rápido?

Te robaste gran parte de mis sueños, la mayoría de mis ambiciones, y la mitad de mis sonrisas. Te lo llevaste todo.

Amor, si es que aún te sientes en derecho de ser llamado así, dame otra razón para existir. Regálame los segundos que me robaste, devuélveme mi vida."

Lo leí una, dos, tres veces. No iba a entregar esto. Lo dejé dentro de un cajón y comencé a escribir en otra hoja:

"Dulce alma de ojos tristes, que se lleva mi ser en mil pedazos"

· JOSEPH ·

"La misma flor de siempre, perdida, ausente.

No respira, no se mueve ¿No es cierto que todos la miran?

"Algo así como estar bien".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora