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Tal y como dijo Ian, los chicos se quedaron por horas en aquella mesa planeando cómo se deshacerían de la mercancía que aún tenían en las bodegas, por lo que comenzaron dividiendo los trabajos en grupos.

Jeongin y Felix pensarían en cómo hacer más negocios de forma segura con los socios menos riesgosos en términos de armamento, Minho y Bangchan se encargarían de parar la producción de droga y vender lo que estaba empaquetado, como también debían pensar en una buena oferta para la venta de los cultivos y el laboratorio.

Y por último se encontraba Ian que se haría cargo de la carrocería de la forma que mejor sabía, aumentando las reuniones y recurriendo a la venta por subasta.

Concluyeron que dejarían de lado por ahora el problema de qué harían con el dinero que tomarían de todas esas ventas, porque aún debían resolver cómo concluirán los trabajos de los demás subordinados, ese era el principal problema y debían hablar con Han para llegar a una conclusión unánime, después de todo no podían olvidarse de ellos.

Los chicos estaban en medio de sus planificaciones cuando la noche cayó rotundamente y sus ojos se veían claramente cansados, por lo que uno a uno decidieron irse a la cama.

Ian ayudó al menor a levantarse de su silla, caminando tranquilamente hacia su habitación dejando a los mayores atrás, estos últimos no pusieron mayor resistencia ya que era normal que el menor se sintiera más somnoliento que los demás con toda esa medicación que recibía.

El mayor se apresuró a abrir las mantas de la cama y lo ayudó a sentarse, Jeongin que se sentía un poco cansado sabía que este era último momento del día en el que podía estar tranquilamente con el contrario, por lo que se esforzaba por mantenerse con energías. Ian por su lado hacia las cosas más calmado y hablando bajo, induciendo el sueño del menor que se negaba a mostrar un rostro cansado.

-Te ayudaré a quitarte la camiseta -dijo ganándose cerca de sus piernas.

Ian era delicado con él y agradecía mucho eso mientras lo veía doblando su camiseta dejándola a un lado, él sabía cómo hacer que se sintiera tranquilo, de alguna forma terminó acurrucandose entre las mantas mientras lo veía ordenar un poco la habitación.

-Tu hombro.. ¿Te has sentido mejor? -preguntó luego de haber terminado, caminando hacia la cama sentándose a su lado.

-Ya no duele tanto cuando hago los ejercicios -respondió con una sonrisa de ojos achinados. -Recuerdo cuando al principio era un infierno -se quejó fingiendo una cara de sufrimiento.

Y cómo olvidarlo, Jeongin solía llegar cada tarde del hospital con un rostro triste y cansado, pidiéndole que lo ayudara a cargar sus cosas, aprovechándose de su condición haciendo que lo acompañara a todos lados.

Ya no comía sus cereales solo y mucho menos se bañaba si no había alguien ayudándolo, los demás en la mansión lo veían siendo aún más mimado de lo usual y sentían lástima por Ian, pero este último estaba teniendo tanta paciencia con el menor, que ni siquiera lo veían quejándose.

-Te pondré tu crema -dijo bajando las mantas hasta el abdomen del chico, dejando expuesta la piel blanca de su torso.

Le dirigió un vistazo a esa herida de su hombro que estaba justo al lado de la anterior, ambas eran las marcas que corrompian su corazón cada vez que las veía.

Ian sacó un poco del ungüento y con movimientos delicados cubrió la cicatriz de Jeongin, aquel que podía sentir los dedos cálidos del contrario acariciando la zona sin causarle ningún dolor.

Le gustaba mirarlo de reojo, el mayor siempre se concentraba mucho en no hacerle daño, ignorando que detrás de toda esa atención y preocupación de Ian, había una culpa que no lo dejaba tranquilo.

BE MY BOSS S2 | hanknow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora