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Bajar las escaleras oscuras hacia el subterráneo con un hombre alto y pesado que no puede caminar, era algo completamente irritante y cansador. Apenas llegaron, Han y Minho se dieron el trabajo de sentar y amarrar el cuerpo de Hwang en una silla de la sala de interrogatorio con total dedicación.

La frente del rubio brillaba de sudor soportando el dolor de sus heridas, mientras que Han lo miraba fijamente estando frente a él y no había ni una sola pizca de lástima en sus ojos, todo lo que había sufrido gracias al rubio estaba regresando una por una a su mente y respiró profundo antes de golpearlo, fueron puñetazos llenos de rabia acumulada, se podía notar en su rostro lo mucho que había esperado dejar sus nudillos marcados en su cara.

Minho que estaba tras la espalda de Hwang no dijo nada mientras escuchaba los quejidos del rubio mal herido, llegó a cerrar sus ojos un momento cuando los golpes sonaban demasiado duros, pero no podía evitar que Han se descargara, después de todo había aguantado por mucho tiempo las jugadas sucias de Hwang y debía aprovechar el tiempo antes de que llegasen los demás y se hicieran cargo de él.

Seguramente este sería el único momento que tendría a solas con su hermano traicionero, así que no había necesidad ni razones para detener al jefe principal. Minho llevó sus manos a los bolsillos y miró hacia el frente como si nada, aunque lo único que le preocupaba era la condición con la que terminarían las manos de su jefe.

Han estaba irreconocible, la ira no escatimaba la fuerza con la que impactaba su lindo rostro, y por dentro pensaba que agradeciera que no golpeara también su abdomen, ya le había dejado una herida de bala en esa área, todo esto era solo un rastro de compasión hacia él. Si lo odiara lo suficiente, no tendría consideración alguna.

El pómulo izquierdo de Hwang sangraba a más no poder al igual que su nariz, un hilo de sangre corría por su boca y respiraba a duras penas cuando escucharon las pisadas bajando las escaleras. Han se detuvo de inmediato y chistó dándose cuenta que su tiempo había acabado, esperando el encuentro con los demás jefes de grupo y rápidamente sintió las manos de Minho llegar a sus hombros.

Su mirada fue a parar en los ojos de su amante, él tenía una suerte de alivio como si le dijera "ya se acabó Han, puedes descansar ahora" y a la vez una especie de preocupación.

—¿Cómo está tu pierna? Vayamos a curarla, dejémosle el resto a Felix —pidió Minho como si fuera una súplica.

Han tomó de su mano y le asintió, dejando que guiara el camino mientras pasaban junto al resto de los chicos.

—Quedas a cargo aquí abajo —dijo el jefe mirándo a Bangchan, aquel que asintió mientras seguía de cerca los pasos de un Felix que ni siquiera reparó en darle un solo vistazo a Han.

Felix caminaba cegado con un sólo propósito claro, miraba a Hwang con rabia y antes de llegar a él en cosa de segundos tomó una llave inglesa que estaba sobre la mesa aledaña y la alzó con la intención de estrellarla contra su maldita cabeza, pero la mano de Bangchan sujetando su muñeca en el aire lo hizo perder por completo aquella intención.

—Felix, calma.. Si lo haces caerá inconsciente de inmediato, al menos mantenlo despierto —dijo cerca de su oído y lentamente le quitó la lleve inglesa de la mano.

A penas la tuvo en su poder, vió al rubio poner un pie adelante para tomar el impulso suficiente y voltear la cara de Hwang con un golpe usando su codo, nunca había visto a nadie usar esa técnica pero la forma en cómo sangraba la nariz de Hwang lo hizo darse cuenta de lo eficiente que era.

Instintivamente levantó rápido el brazo de Felix y verificó si se había lastimado, y ni un rastro de sangre suya ni dolor había en él.

—Estoy bien —lo escuchó decir con voz baja un tanto molesta mientras no dejaba de ver el rostro del contrario sentado en aquella silla. —Bangchan, me harías el favor de traer otra silla.. dijiste que debía mantenerlo despierto, así que voy a jugar a ser doctor.

BE MY BOSS S2 | hanknow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora