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Han había abandonado la mansión atravesando el lugar a paso rápido, dejando a los chicos en el sótano en medio de ese lío. Sus subordinados lo vieron irse sin comprender lo que estaba pasando mientras limpiaban el lugar, y vieron a Minho ir tras el jefe intentando retenerlo.

—¿¡A dónde vas!? —dijo sin poder evitar que siguiera avanzando, llegando a la salida donde vió a Han tomar las llaves del auto. —¡Al menos déjame ir contigo! —soltó abriendo la puerta del copiloto.

Vió los ojos de Han por un segundo y luego se subió cerrando la puerta con fuerza, Minho hizo lo mismo rápidamente y el jefe arrancó el vehículo sin pensarlo dos veces. El joven se afirmó e intentó ponerse el cinturón de seguridad a duras penas, había olvidado lo mal que conducía Han y temió que sus vidas corrieran peligro por la condición irritada que tenía el jefe.

Lo vió golpear el manubrio con fuerza y gritar desconsolado, pero lo entendía completamente, ya habían pasado antes por una muerte así ante sus ojos.

No dudó en poner su mano en el manubrio cuidando que siguiera derecho por la calle mientras el conductor rascaba sus cabellos con la mano derecha y cerraba los ojos de la angustia.

—Han, ya basta es peligroso.. bajemonos del auto primero —dijo asustado al notar que empezaba a acelerar.

El jefe secó sus lágrimas y como si volviera a entrar en razón, puso ambas manos en el volante y se concentró en conducir.

—Quiero ir a un lugar —dijo con voz seria y Minho a su lado parecía tener la palabra preocupación escrita en su frente, asintiendo de mala gana.

Han no quiso decir nada durante el trayecto y el copiloto sólo iba pendiente de la condición emocional de su jefe para manejar. No se habían dado cuenta de la hora pero comenzaba a amanecer y el camino se iluminaba lentamente.

El lugar frente a ellos estaba completamente desierto, una suerte de lago y árboles viejos se dejaban deslumbrar al rededor, al adentrarse el jefe estacionó el auto en aquel camino de tierra. Él se bajó sin decir mucho y caminó hacia la orilla del lago, Minho se apresuró para ir con él desabrochando su cinturón y estaba por cerrar la puerta cuando la silueta del jefe se había detenido y girándose le dijo:

—¿Podrías revisar el fondo de la guantera por mí? —pidió para luego darle la espalda y ver el paisaje.

Minho se introdujo nuevamente en el vehículo e hizo lo pedido, encontrando justo al fondo de la guantera una cajetilla de cigarrillos y un encendedor que no veía hace años.

—¿Volviste a fumar? —dijo caminando hacia él entregándole el pedido, mirándolo con seriedad.

Han sólo los tomó y puso uno de aquellos en sus labios, el fuego alumbró su nariz y rápidamente dió la primera calada que necesitaba para tranquilizarse, viendo como se consumía una buena cantidad del cigarrillo y luego exhaló manchando el aire de humo sin poder voltearse para mirar a Minho, aquel que se quedó a su lado sin decir nada más.

—¿No vas a preguntar dónde estamos? —dijo cuando no aguantaba del todo el silencio que se había producido.

—Sé que necesitas espacio, sólo vine para cerciorarme de que estés bien —respondió Minho, guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—¿No estás molesto? —preguntó con voz baja. —No es la mejor forma de enterarse que aún no lo he dejarlo por completo —concluyó refiriéndose al cigarro en su mano.

Escuchó a Minho soltar algo de aire y se giró para verlo de inmediato —Te conocí siendo un fumador compulsivo.. De hecho me sorprendió más cuando lo habías dejado que ahora que estás con uno en la boca otra vez —lo escuchó decir tranquilamente y una leve sonrisa se dibujó en sus labios al saber que todo estaba bien.

BE MY BOSS S2 | hanknow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora