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"Si alguna vez te llegan a hacer algo como esto, debes recurrir a mí, ¿Soy tu apoyo recuerdas? Confié en ti cuando me secuestraron y me buscaste por todos lados hasta encontrarme, sabía que llegarías y así fue.. Ahora es momento de que confíes en mí, te protegeré tal como tú lo hiciste"

Entre sueños podía escuchar la voz de Minho susurrando, tal vez estaba demasiado cansado para poder abrir los ojos, porque aquella mañana Han fue incapaz de levantarse temprano como usualmente lo hacía, su cuerpo descansaba tranquilamente mientras el contrario caminaba por la habitación colocándose una camisa.

Ese día Minho preparó algo de desayuno y regresó a la habitación viendo que el contrario seguía dormido, un sentimiento de tristeza inmensa vivía en él, cómo podría sentirse tranquilo después de escuchar todo lo que tuvo que vivir su querido Han en silencio.

Comprendía sus preocupaciones, era normal en él hacer todo lo que pudiera para evitar el sufrimiento de los demás, pero ello lo consumía a tal grado de ya no poder levantarse de la cama luego de confesarlo todo. Minho caminó hacia él y se sentó a su lado, la tenue luz dentro de la habitación indicaba que había amanecido hace un par de horas atrás y no pudo hacer nada más que suspirar y quedarse en silencio.

Avisó por teléfono que el jefe Han no iría a trabajar, que se quedaría en casa y que más tarde tendrían una reunión importante en la mansión a la hora del almuerzo y que era importante la asistencia de los jefes.

La respiración de Han era profunda y se preguntaba en qué sueños estaría habitando, y sólo deseaba que no fueran malos, mientras acariciaba sus cabellos y veía la hora pasar, de pronto lo vió pestañear ligeramente y puso atención a su reacción al darse cuenta que estaba prácticamente sobre su regazo.

Han se sentó rápidamente y Minho puso su mano sobre su espalda diciéndole que tuviera más cuidado, nunca es bueno levantarse tan de golpe, y el jefe suspiró a su encuentro. Sintió la mano derecha de Minho llegar a su mejilla e instintivamente limpió sus ojos, si bien se conocían por completo y cada parte de sus cuerpos, aún así se avergonzaba si tenía el rostro sucio.

—Ve a lavarte la cara, iré a prepararte otro café, ese ya se enfrió —escuchó decir a Minho con tono amable mientras apuntaba a la mesa de noche y reaccionó asustado.

—¿Qué hora es? Llegaré tarde —soltó apartando las sábanas para levantarse y su mano fue tomada de inmediato.

—Ya avisé que no irías, además ya son cerca de las diez.. —dijo con voz tranquila y vió como Han se rindió fácilmente ante la situación. —Vamos, ve al baño, yo iré por otro café.. por mientras come el sándwich que te preparé.

Minho desapareció de la habitación y el jefe principal respiró profundo sintiéndo su cuerpo adolorido, al parecer relajarse una noche hizo que todos sus músculos tensos se aflojaran mostrándole lo mal que había estado su cuerpo esas últimas semanas.

Se levantó con dificultad e hizo caso a las palabras de Minho, lavó su cara con agua fría, las gotas caían mientras veía en el espejo aquellas ojeras oscuras de mal aspecto y se preguntaba por qué Minho seguía viéndolo con dulzura siendo que su rostro se veía horrible.

Al salir del baño y luego de cambiarse de ropa fue por su desayuno, Minho no tardó en aparecer con una taza de café cargado y se lo entregó con amabilidad.

—Ya te ves mejor —lo escuchó decir mientras arreglaba su cabello con cuidado. —Come un poco, a la hora del almuerzo los chicos vendrán.. No te sientas preocupado, haremos esto con calma.

Han asintió algo indeciso, no le gustaba para nada la situación, no podía sentirse tranquilo ante el inminente caos que se le aproximaba, y de alguna forma se preparaba mentalmente para la tormenta de regaños de Bangchan, diciéndole por qué carajos decidió quedarse callado mientras destruían su organización.

BE MY BOSS S2 | hanknow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora