Estoy sonrojada, caliente, con ganas, atrapada en un ascensor con siete personas, seis de ellos ajenos a lo que está ocurriendo en la esquina. Su dedo se desliza dentro y fuera de mí, una y otra vez. Mi respiración. Vaya, es vergonzoso. Quiero decirle que se detenga... y continúe... y se detenga. Me hundo contra ella, y ella aprieta su brazo a mi alrededor, su erección contra mi cadera.
Nos detenemos de nuevo en el piso 44. Oh... ¿por cuánto tiempo va a continuar esta tortura? Adentro... afuera... adentro... afuera... Sutilmente me oprimo contra su persistente dedo. Después de todo este tiempo de no tocarme, ella escoge ahora!
¡Aquí! Y eso me hace sentir tan... libertina.
—Silencio —respira, sin parecer afectada cuando otras dos personas suben a bordo. El ascensor se está llenando. Poché nos mueve un poco más atrás, de modo que ahora estamos presionadas en la esquina, sosteniéndome en mi lugar y torturándome más. Ella acaricia mi cabello. Estoy segura de que lucimos como una joven pareja enamorada, besuqueándose en la esquina, si alguien se molestara en dar la vuelta y ver lo que estamos haciendo... Y ella introduce un segundo dedo dentro de mí.
¡Joder! Gimo, y estoy agradecida de que la manada de gente delante de nosotros todavía está charlando, totalmente inconsciente.
Oh, Poché, qué me haces. Escondo mi cabeza en su cuello, cerrando los ojos y entregándome a sus implacables dedos.
—No te vengas —susurra—. Quiero eso más tarde. —Extiende su mano sobre mi vientre, haciendo una leve presión, a medida que continúa su dulce persecución.
La sensación es exquisita.
Finalmente, el ascensor llega a la primera planta. Con un fuerte pitido las puertas se abren, y casi al instante los pasajeros empiezan a salir. Poché lentamente desliza sus dedos fuera de mí y besa la parte de atrás de mi cabeza. Echo un vistazo alrededor hacia ella, y sonríe, y luego asiente de nuevo al señor traje-marrón- mal-ajustado que responde su gesto de reconocimiento mientras sale del ascensor con su esposa. Yo apenas lo noto, concentrándome en cambio en permanecer de pie y tratando de controlar mis jadeos. Por Dios, me siento dolorida y privada.
Poché me libera, dejándome pararme por mi cuenta, sin apoyarme en ella.
Dando la vuelta, la miro. Se ve fresca e imperturbable, con su habitual compostura.
Hmm... Esto es tan injusto.
—¿Lista? —pregunta. Sus ojos brillan perversamente mientras desliza primero el índice, luego el dedo corazón en su boca y los chupa—. Muy bien, señorita Calle —susurra. Estuve a punto de convulsionar en el acto.
—No puedo creer que hayas hecho eso —me quejo, y estoy prácticamente viniéndome abajo.
—Te sorprenderías de lo que puedo hacer, señorita Calle—dice. Extendiendo su mano, coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja, una leve sonrisa traicionando su diversión.
—Quiero llegar a casa, pero tal vez sólo logremos llegar hasta el coche —dice sonriendo hacia mí mientras toma mi mano y me lleva fuera del ascensor.
¡Qué! ¿Sexo en el automóvil? ¿No podemos simplemente hacerlo aquí en el mármol frío del piso del vestíbulo... por favor?
—Ven.
—Sí, lo quiero.
—¡Señorita Calle! —Me advierte con fingido horror divertido.
—Nunca he tenido relaciones sexuales en un automóvil —murmuro. Poché se detiene y pone esos mismos dedos bajo mi barbilla, inclinando mi cabeza hacia atrás y mirándome.
—Estoy muy contenta de escuchar eso. Tengo que decir que estaría muy sorprendida, por no decir enojada, si lo hubieras hecho.
Me sonrojo, parpadeando hacia ella. Por supuesto, sólo he tenido relaciones sexuales con ella. Le frunzo el ceño.
—Eso no es lo que quise decir.
—¿Qué quieres decir? —Su tono es inesperadamente duro.
— Poché, fue sólo una expresión.
—La famosa expresión: "Nunca he tenido relaciones sexuales en un automóvil". Sí, eso simplemente común.
Por Dios... ¿cuál es su problema?
— Poché, no estaba pensando. Por el amor de Dios, acabas... um, de hacerme eso en un ascensor lleno de gente. Mi ingenio se encuentra disperso.
Levanta sus cejas.
—¿Qué te hice? —Me desafía.
Le frunzo el ceño. Ella quiere que lo diga.
—Me excitaste, a lo grande. Ahora llévame a casa y fóllame.
Su boca se cae abierta luego se ríe, sorprendida. Ahora se ve joven y desenfadada.
Oh, oírla reír. Me encanta porque es muy raro.
—Naciste siendo romántica, señorita Calle. —Toma mi mano, y nos dirigimos hacia el edificio donde se encuentra el ayudante de valet junto a mi Saab.
—Así que quieres sexo en el auto —murmura Poché mientras enciende el auto.
—Francamente, habría estado feliz con el piso del vestíbulo.
—Confía en mí Dani, igual yo. Pero no me apetece ser arrestada a esta hora de la noche y no quiero follarte en el baño. Bueno, no hoy.
¡Qué!
—¿Quieres decir que existía la posibilidad?
—Oh sí.
—¡Regresemos!
Se vuelve a mirarme y ríe. Su risa es infecciosa; pronto ambas estamos riendo... maravillosas, carcajadas de cabeza-inclinada-atrás. Estirándose, coloca su mano en mi rodilla, acariciándola suavemente con sus largos dedos habilidosos.
Dejo de reír.
—Paciencia Daniela—murmura y entra en el tráfico de Miami.
Estaciona el Saab en el garaje y apaga el motor. Repentinamente, en los confines del auto, la atmósfera entre nosotras cambia. Con anticipación descarada, le echo un vistazo, tratando de contener mi corazón palpitante. Ella se vuelve hacia mí, apoyándose contra la puerta, su codo apoyado sobre el volante.
Tira de su labio inferior con sus dedos pulgar e índice. Su boca es tan distrayente. La quiero en mí. Está mirándome fijamente, sus ojos verde oscuro. Mi boca se seca.
Ella sonríe una lenta sonrisa sexy.
—Follaremos en el auto en el momento y lugar de mi elección. Justo ahora, quiero tomarte en cada superficie disponible de mi apartamento.
Es como si estuviera hablándome por debajo de la cintura...
—Sí. —Jesús, sueno tan jadeante, desesperada.
Se inclina hacia adelante un instante. Cierro mis ojos, esperando por su beso, pensando... finalmente. Pero nada pasa. Después de un momento, abro mis ojos para encontrarla mirándome. No puedo entender en qué está pensando, pero antes de poder decir nada, me distrae una vez más.
—Si te beso ahora no lo haremos en el apartamento.
Capítulo final?
ESTÁS LEYENDO
One shots Caché
FanficOne shots, historias cortas de Calle y Poché. Algunas tienen +18. Algunas son gip. Ninguna es triste. La mayoría son de mi autoría, algunos son adaptaciones.