Elementales 2

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Ella no espera a que termine

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Ella no espera a que termine. Se inclina y apoya sus labios en los míos. Su mano rodea mi rostro y sus dedos se entrelazan con mi pelo.

Me toma un segundo saber lo que está pasando, pero ¿Cuándo lo hago? Mi corazón baila en mi pecho y correspondo al beso, hundida en el calor.

Los labios de Poché son suaves sobre los míos, sus manos cálidas en mi nuca. Todo en este beso es tierno, suave y lleno de promesas. Poché sabe dulce por la limonada y mi corazón galopa al ritmo del estruendoso bajo que vibra por la casa.

-¡Muy bien! ¡Ahora si es una fiesta!

Poche y yo nos separamos de golpe. Mario estaba de pie en la entrada, con su móvil apuntando hacia nosotras.

_ Ah, vamos. Solo capture como dos segundos. –Toca su móvil y la luz se apaga.

-¿Estabas grabándonos?- Mi visión se vuelve roja y estoy lista para estrangularlo-. Elimínalo.

-No hay manera.-Mario me ignora y mira su móvil-. Esta mierda es ardiente.

Podría matarlo, realmente podría matarlo, maldito pervertido.

-Elimina el video, Mario, o que Dios me ayude...

-Relájate, Calle. Cielos. –Mira a mi derecha-. Da un paso al frente y ofrece su mano a Poché-. Soy Mario. Capitán del equipo de fútbol. Presidente de la clase. Soltero.- Sonríe-. Bienvenida a mi fiesta.

Poché ignora su mano extendida y cruza los brazos sobre su pecho.

-Como sea... - Vuelve a levantar su móvil. La luz se enciende cuando comienza a grabar-. Solo finjan que no estoy aquí.

-Apártate de nosotras.- Bloque el lente con mi mano.

-Uh, hasta donde recuerdo, princesa, esta es mi casa.- Una pausa-. ¿Las damas quieren sumar testosterona a su pequeña fiesta?

-Púdrete bastardo- Mario me fulmina con la mirada, pero antes de que diga algo más, Johann se interpone.

Se escucha algo romperse, llamando así la atención de Mario.

-¡Sera mejor que no rompan nada!

Poché se mueve inquieta junto a mí y evita mi mirada.

-Ese chico, Mario, tiene el video en su móvil...

-Me encargare de eso –responde Johann.

Con los chicos ausentes Poché y yo nos encontramos solas en la cocina. La energía de la habitación cambio, una intranquilidad se instaló en el espacio entre las dos y no sé cómo cerrar esa brecha.

¿Cómo le preguntas a alguien sus pasatiempos después de un momento de beso mágicamente destruido por un futuro bravucón de fraternidad?

Por suerte Poché es más audaz que yo. Ella rompe el silencio casi irrompible.

-¿Crees que tu amigo este bien?

-¿Johann? –Asiento-. Él va a estar bien es cinturón negro.

-Bien.- Su tono es duro y sus manos se cierran en puños-. Espero que le patee el trasero.

-No creo que tenga que hacerlo, aunque estoy de acuerdo contigo, se lo merece. De hecho la semana pasada recibió un golpe en el rostro por ser un idiota.

-¿En serio?- Poché se anima ante la idea, pero luego frunce su ceño-. Si es tan idiota ¿por qué tanta gente viene a sus fiestas?

-¿Por el alcohol gratis?

-Es un buen punto.- Poché se ruboriza, sus mejillas adquieren un adorable tono rosado mientras recorre el pico de la botella con su dedo-. Lo siento, por cierto. Juro que normalmente no soy tan directa.- Niega con la cabeza.- Nunca he besado a alguien sin preguntar primero. No tengo idea de que se apodero de mí.

-Está bien.

-Es decir, no está bien realmente, pero me alegra que no estés enojada.- Las palabras de Poché me arrancan de mis pensamientos divagantes. Juega con el solitario anillo en su dedo medio, lo gira sin parar-. Así que... Sé que todo este momento desagradable ha arruinado la vibra que fuera que tuviéramos, pero aún me encantaría tener tu número.

-¿Mi número?

-Si.- Sus mejillas enrojecen-. Es decir... Laura dijo que sales con chicas. Pensé que tal vez podríamos salir algún día.- Cuando no respondo de inmediato, Poché se echa atrás-. O podríamos ser amigas. Soy nueva aquí y sería bueno tener amigos antes del comienzo de clases. Y yo...

-¿Poché?- la interrumpo.

-¿Si?

No puedo evitar sonreír cuando levanta la vista de su anillo giratorio. Esta nerviosa, divagando y es adorable.

-Me encantaría salir algún día.

Poché me entrega su móvil y añado mi nombre y mi número.

Al terminar apareció una Laura en extremo estado de borrachera.

-Hola, hola Street. Pochosaurus amiga. ¿Y ya están juntas?-.Ya está divagando.

-Lau Lau, es mejor que te lleve a casa-. Antes de que me sigas abochornando, pensé.

-Te voy a llamar-. Se acercó tímida y me dio un beso en el cachete.-Nos vemos Calle.

-Adiós Poché.

Dos días después.

Calle está en su trabajo de verano cuando recibe un mensaje.

Desbloqueo la pantalla del móvil. Hay tres mensajes esperándome. Dos son de Laura, pero el primero...

PG: ¿Estas libre mañana?

Un calor se esparce por mi cuerpo, pero no puedo distinguir si son nervios, emoción o algo totalmente diferente. ¿Está invitándome a salir? Compruebo los mensajes de Laura.

LV: ¡Poché está enloqueciendo aquí! ¿Qué estas esperando?

LV: Calle. Cuando la chica que te gusta te invita a salir, es correcto responder.

Mi rostro está en llamas. Estaba invitándome a salir.

DC: ¿Debería decir que si?

LV: Ay, por Dios. ¡Claro que deberías! Las dos serían tan lindas juntas.

Abro el mensaje de Poché, pero mis dedos se congelan sobre las teclas. El móvil vibra en mi mano cuando llega un nuevo mensaje.

LV: ¡Daniela Calle! Deja de retrasarlo. ¡Saca a la chica de su miseria y responde de una vez!

Al diablo. No hará daño salir y ver si encajamos. Aunque no lo hagamos tener otra amiga siempre es bueno.

Chat con Poché:

DC: Estaré totalmente libre. ¿Qué tienes en mente?

One shots CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora