Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ || Sᴜɢᴀᴡᴀʀᴀ Kᴏ̄sʜɪ

－ᑕᗩᑭITᑌᒪO 4.

✿꧁Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ꧂✿

—Oye, Kenma.—Se agachó a su altura para poder hablarle.—¿Puedes darme una levantadas antes de la cena?

—Me hace feliz que estes feliz, pero no quiero.—Despegó su mirada de su consola por un momento.—¿Por qué no se lo pides a Sugawara o Akaashi?

—Hm... Akaashi está participando de la práctica libre con Bokuto y Tetsuro. Sugawara-san está con Sawamura y Asumane-san. Eres el único que no hace nada. ¡Por favor!—Junto sus manos frente ella agachando un poco en la cabeza.

—Media hora.—Accedió de mala gana guardando su consola.—¿Cómo es que puedes ser una libero multiuso, ______?

Su melliza sonrió mientras lo ayudaba a levantarse para salir de la habitación.

Kenma camino hacia la salida. Fue tomado por sorpresa cuando su hermana saltó sobre su espalda aferrándose a su cuello.

Rodó los ojos y la tomó de las piernas para que no cayera, sonriendo un poco por lo infantil que podía llegar a ser su hermana.

—A veces eres insoportable.—Ella río y apoyo su mentón en el hombro del semi-rubio.

Salieron de la habitación rumbo a algún gimnasio vacío, para mala suerte de _____, y para milagro de Kenma, todos tenían a un grupo de chicos que seguían con su practica.

Al final Kozume dejo ir a su hermano, mientras ella solo se quedó sentada en las escaleras que daban a los vestidores.

Había tanta paz. Solo se escuchaba el balón impactar contra el suelo y los rechinados que hacían las zapatillas al moverse.

Al cabo de un rato decidio ir a hechar un vistazo al entrenamiento de Karasuno. Obvio que al entrenamiento.

Se levantó de la escalera y sacudió su pantalón, luego de dirigió al gimnasio y entró sin hacer ruido o llamar la atención.

Intento fallido, Sugawara la vio.

Sonrio y lo saludo con la mano, haciendo que el albino perdiera la concentración provocando que la pelota caiga sobre su cabeza.

_____ volvió a salir del gimnasio lo más rápido que pudo y se fue a la parte trasera del gran gimnasio.

—Voy al baño.—Aviso Suga a sus amigos.

—Creo que deberíamos dejarlo por hoy.—Hablo Daichi antes de que su amigo saliera.

—¿Seguro?—Se volteó a mirarlo. Sawamura solo asintió con una sonrisa. El armador le sonrió de vuelta y asintió.

Ahora si, Sugawara salió del gimnasio, buscando a Kozume con la mirada.

Hasta que en el suelo se reflejó una sombra a causa de la iluminación que salía desde el gimnasio.

Se acercó sin hacer ruido hasta el lugar y asomó su cabeza.

—Te encontré, Peque.—La teñida pegó un salto y ahogó un grito ante la repentina presencia del armador.

—Su-sugawara-san.—Puso una de sus manos en su pecho.–No me asustes así, por favor.

—Esa pelota sobre mi cabeza dolió. Es mi venganza.—Respondió asomándose por completo y ganándose frente a ella.