Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ || Sᴜɢᴀᴡᴀʀᴀ Kᴏ̄sʜɪ

－ᑕᗩᑭITᑌᒪO 13.

✿꧁Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ꧂✿

Ella estaba feliz por tenerlo ahí con ella.

Él era feliz porque ella era feliz.

Ambos compartían esa felicidad, y realmente nadie se atrevió a arrebatársela con algún comentario sarcástico o algún tipo de broma.

Ni siquiera Kenma se atrevió a decir algo, y él era el primero en oponerse a que su hermana estuviera en una relación que pudiera hacerle daño.

Pero él sabía que Sugawara no era así. Él solo tenía la intención de hacer feliz a _______, y si para eso Kenma tenía que mantener su distancia, lo haría.

Le gustaba verla reír, que estuviera tranquila, sin ningún tipo de preocupación. Después de todo, ella solo tenía dieciséis años. No tenía que encargarse de todo ella sola.

Fue un alivio cuando Sugawara le mandó un mensaje contándole que tenía planeado volver a Tokio solo para verla.

Kozume había estado llorando constantemente esas dos semanas. Kenma la había escuchado por casualidad una noche mientras iba al baño. Ahí se dio cuenta de que no era la primera vez.

Seguía intentando escapar de sus horarios de comida, pero Pudín la obligaba a sentarse a su lado en cada comida.

No valía la pena, luego Kuroo la escuchaba vomitar en el baño.

El menor de los hermanos ya no sabía cómo manejar la situación. Pero desde que Kōshi había vuelto, _______ comía en los horarios correspondientes y ya no vomitaba. Estaba feliz.

Y Kenma también lo estaba, pero, contradiciendo todo lo anterior, no podía evitar la mala cara cuando veía las muestras de cariño de la parejita.

Sí, le alegraba que su hermana estuviera feliz. Sí, le gustaría darles su espacio. ¡Pero, ¿por qué tenía que ser feliz a costa de él?! O sea, ¿él como su hermano no le daba la felicidad suficiente?

Kuroo, quien aún seguía paseándose por la casa como si fuera suya, se burlaba en silencio al ver la cara de Kenma a unos metros del sofá donde se encontraba su hermana y su cuñado.

—Deja de mirarme así. Mi malhumor va aumentando con tu risita —le habló Kenma a Kuroo.

El segundo soltó una carcajada.

—Hablo en serio.

—¿No dijiste que les darías su espacio? —recordó el azabache.

—Eso intento —resopló. —¿O acaso me ves sentado entre ellos dos para que Sugawara no esté cerca de ella?

—Pero los acosas como maniático, Kenma.

—Déjame en paz.

—Si _______ se enoja contigo, te lo advertí.

Ella no sería capaz de molestarse por eso, ¿verdad? Kenma lo pensó un poco. Frunció el ceño, ¿o sí?

—Soy su hermano. Su persona favorita en el mundo. Claro que no se molestaría conmigo —susurró, poniendo una de sus manos en su mentón.

—¿Qué estás murmurando tú allá atrás? —le habló _______ volteando su cabeza en su dirección.

—Nada, nada. Sigan en lo suyo.

Sin más, se fue hacia su habitación.

Pudín debía analizar las palabras que había dicho Kuroo. No vaya a ser que de verdad _______ se vaya a molestar con él por eso.

Realmente lo dudaba, pero más vale prevenir que lamentar.

—Me preocupa que Kenma aún no me haya dejado fuera de la casa por estar tan cerca de ti —dijo Suga, realmente tenía una expresión seria en su rostro. —¿Estará bien?