-ᑕᗩᑭITᑌᒪO 14.

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✿꧁Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ꧂✿

Aquella chica de raíces azabache abrió sus ojos poco a poco, acostumbrándose a la luz de la habitación.

Dio unas cuantas vueltas en su cama, esperando volver a dormir, pero recordó que a las nueve tenían entrenamiento en la escuela.

Se quedó mirando un momento el futón en el que se encontraba el chico de cabello grisáceo. Sonrió.

—Buenos días, Sugawara-san —habló, frotándose uno de sus ojos.

—Buenos días, peque —respondió él, también sonriendo.

_______ le hizo una seña para que Suga se acostara un momento con ella. El chico dudó un momento, pero finalmente se levantó y se metió en la cama de su novia.

Kōshi estiró sus brazos y Kozume se acomodó en su pecho.

El armador comenzó a acariciar su cabello, haciendo que la chica se relajara y cerrara los ojos por un momento.

—¿Despertaste hace mucho? —preguntó la chica, haciendo un intento de no volver a dormirse.

—No —negó él—. Yo también acabo de despertar.

Se escuchó un ruido de garganta por parte de la fémina y suspiró.

Se separó de Kōshi y se sentó sobre la cama, estirándose y bostezando de paso.

—Iré a cambiarme para preparar el desayuno —anunció ella.

Le dio un pequeño beso a Sugawara y se levantó de la cama con algo de pereza.

—¿Quieres que te ayude en algo? —cuestionó el chico, también levantándose de la cama.

Ella negó.

—No hace falta, gracias —sonrió—. Mientras, cámbiate. Nos vemos abajo.

—Pues tiene cara de que no le gusta que se metan en su cocina—. susurró Kōshi con una sonrisa después de que Kozume salió de la habitación.

Se metió en el baño y se dio una ducha rápida. Luego se vistió con lo que encontró en su mochila y después bajó.

Sentado en el sofá, estaba el mejor amigo de los mellizos. Suga lo miró con curiosidad.

Justo en ese momento, _______ salió de la cocina limpiando sus manos con un trapo.

—Ya decía yo que se me había olvidado ponerle seguro a la puerta—. reclamó ella mirando en dirección al azabache.

—Buenos días para ti también, ______-chan—. Se burló de ella y luego miró hacia atrás. —Hola a ti también.

—Ho...la—. respondió Suga entrecortadamente.

Es tal como Kozume le había dicho alguna vez: Kuroo entraba y salía de la casa de los mellizos como si fuera suya. La verdad es que fue más impactante de lo que el albino creyó.

La chica negó con la cabeza y se acercó a las escaleras.

Tomó aire y gritó:

—¡Kenma, a desayunar!

En menos de 30 segundos, su hermano mellizo estaba bajando por las escaleras, ya vestido pero con el cabello un poco, bastante, desordenado.

_______ negó nuevamente con una sonrisa en sus labios y ayudó a Kenma a acomodar su cabello.

Cuando entraron a la sala, Pudin miró con mala cara a Kuroo, el cual le sonrió con inocencia.

—Buenos días, Kenma—, saludó amablemente el chico de Karasuno.

Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ || Sᴜɢᴀᴡᴀʀᴀ Kᴏ̄sʜɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora