Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ || Sᴜɢᴀᴡᴀʀᴀ Kᴏ̄sʜɪ

－ᑕᗩᑭITᑌᒪO 15.

✿꧁Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ꧂✿

—No quiero que te vayas —le dijo _____ a Suga mientras terminaban de lavar los platos.

—Me voy mañana por la mañana, peque —respondió el chico riendo—. Aún nos queda tiempo.

—Lo sé, pero... —hizo un puchero y apoyó su cabeza en la espalda de su novio—. El tiempo pasó muy rápido y siento que no hemos estado juntos el tiempo suficiente.

Suga se volteó y tomó las mejillas de _____ entre sus manos y posó sus ojos en los de ella.

—Vendré a verte cada vez que pueda, ¿está bien?

Ella negó con la cabeza. Claro que le gustaría que lo hiciera, pero no quería que dejara de hacer sus cosas por ir a verla a ella.

—No, estaré bien —sonrió un poco para darle tranquilidad a Kōshi—. Tú también tienes cosas que hacer en Miyagi. Ir a la escuela, el club, ya sabes.

—Estoy seguro que a los chicos no les molestará que falte a algunos entrenamientos —respondió él sin más, besando la frente de _____.

Kozume frunció los labios al ver que esa conversación no iría a ninguna parte.

Sería un gasto de saliva intentar convencer a Suga de que no hiciera eso, de que ir a verla no era tan importante como él lo hacía ver.

A la chica no le quedó otra opción que simplemente asentir, un gesto que provocó una sonrisa en su contrario.

Pasado un rato sin hacer nada, a ______ se le ocurrió darle un recorrido a Suga por la ciudad.

Le costó convencerlo, pero lo logró.

—Nee, Suga-san —llamó la chica. El nombrado la miró—. ¿Y si recorremos la ciudad?

Sugawara la miró con los ojos entrecerrados, juzgándola.

—Tienes que hacer tu tarea —respondió sin más, volviendo la vista a su teléfono.

—Ya la hice.

—¡Mentirosa! —gritó cierto azabache pasando por detrás del sofá.

—No quiero que vuelvas a aparecer por aquí a la hora de comer —lo fulminó con la mirada.

—Iré a la habitación de Kenma —Kuroo sonrió inocentemente y subió las escaleras de dos en dos.

—Puedo hacerla esta semana. Aún queda una semana de vacaciones —fue ella la que sonrió con inocencia esta vez.

—_____...

—Suga-san...

Kōshi finalmente suspiró y sonrió.

—Está bien.

—¡Genial! Voy a cambiarme.

El chico vio cómo su novia desapareció por la puerta de la sala hacia las escaleras y sonrió.

Claro que quería pasar aquellas últimas horas con ella, era obvio. Ahora tal vez no se verían hasta enero. Y recién estaban a mediados de agosto.

La echaría mucho de menos. Le encantaría poder quedarse más tiempo con ella, pero, entre más tiempo pasase allí, más difícil sería la despedida.

Al cabo de algunos minutos, Kozume volvió a entrar por la misma puerta por la que anteriormente había salido hacia las escaleras.

Kōshi sonrió y se acercó a ella. Tomó sus mejillas entre sus manos y elevó un poco su rostro para dejarle un tierno beso en la frente.