Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ || Sᴜɢᴀᴡᴀʀᴀ Kᴏ̄sʜɪ

－ᑕᗩᑭITᑌᒪO 16.

✿꧁Lɪʙᴇʀᴛᴀᴅ ᴅᴇ ᴀᴍᴀʀᴛᴇ꧂✿

—No necesito que me den sermones o que me digan que no es el fin del mundo... Solo... —una lágrima traicionera bajó por su mejilla hasta perderse en el agua—. Solo necesito que se quede conmigo...

Kuroo y Kenma se miraron el uno al otro. Después de escuchar eso, realmente no se sentían capaces de mirar a ______. Sobre todo Kenma; si viera la expresión que tenía su hermana, probablemente lloraría.

Ambos chicos sabían cuánto amaba Kozume a Suga, o al menos podían imaginárselo.

Pero no podían hacer nada para que él se quedara. Solo les quedaba la opción de estar con ella y no dejarla sola, para que no lo extrañara demasiado.

Igual no eran tontos; sabían que la chica lloraría de vez en cuando por extrañarlo, así que deberían estar pendientes de ella.

Kōshi, que escuchaba su pequeña charla desde el otro lado de la puerta, comenzó a sentir un pequeño malestar en el pecho, acompañado de un nudo en la garganta. Sabía que para ella era difícil que estuvieran tan lejos, pero escucharla decir esas palabras le rompió el corazón y le hizo sentir ganas de llorar.

—No te daremos un sermón, ni te diremos que te entendemos, porque realmente no lo hacemos —se escuchó la voz de Kenma resonar en la cocina—. Pero sabes que, a pesar de que Sugawara se vaya, nosotros seguiremos contigo. No te quedarás sola.

—Lo sé, pero... —Kozume limpió una lágrima que caía por su mejilla—. Cuando él no está, siento que lo extraño en exceso y, realmente, ni siquiera yo lo entiendo... Odio todo esto. Odio que Sugawara-san tenga que irse. Odio que estemos tan lejos.

Kuroo y Kenma volvieron a mirarse el uno al otro mientras ______ bajaba la mirada, dejando caer al suelo el resto de las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos.

Mientras tanto, Suga seguía detrás de la puerta, escuchando aquella conversación. Sabía que escuchar a escondidas no estaba bien, pero no sabía qué decirle a Kozume. No podía simplemente decirle que todo estaría bien, porque ambos sabían que no lo estaba.

El hecho de vivir en provincias distintas lo volvía cada vez más complicado, pero Kōshi se había jurado a sí mismo que eso no le impediría tener la libertad de amarla todo lo que pudiese.

El hecho de que ambos supieran desde un principio que este no sería un camino fácil no les quitaba la determinación de intentarlo. El amor que se tenían el uno al otro era más que suficiente para enfrentar la distancia.

—_____, como dijo Kenma, no lo entendemos del todo —empezó Kuroo—, pero sabemos que, aunque Suga esté lejos, él te ama. Se le nota en la mirada, en su manera de actuar, en cómo es contigo cuando estás cerca. —Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Extrañarlo no cambiará nada, pero al menos deberías ser sincera con él, decirle cómo te sientes. No sirve de nada que llores cada vez que lo extrañas sin hablarlo.

Ella lo sabía. Tenía claro que la única opción era ser sincera, desahogarse y liberarse de esa carga que la agobiaba. Pero no quería molestar a Suga con algo que consideraba insignificante. Sus sentimientos no le parecían lo suficientemente importantes como para hacerle perder tiempo con ellos.

Quería decirle lo que sentía, pero algo dentro de ella se lo impedía.

—Solo... déjenme pensar —murmuró, tratando de alejarse de la conversación.

Kozume salió de la cocina, y al hacerlo, chocó accidentalmente con el chico que estaba escondido tras la puerta.

La mirada de Kōshi lo delató al instante. ______ sabía que había escuchado toda la conversación, y eso la hizo sentir aún peor.