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Advertencias: drama y angst.

🌻Ƥαятɛ cʋαтяσ: Ƥяιмαѵɛяα 🌻

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Misoo se deslizó por el tobogán del parque infantil que habían habilitado para los más pequeños en el centro comercial

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Misoo se deslizó por el tobogán del parque infantil que habían habilitado para los más pequeños en el centro comercial. Se divertía trepando por las cuerdas y gateando por el interior del túnel a pesar de que, con mucha frecuencia, miraba en dirección a su mamá, como para asegurarse de que seguía allí, observándola.

Misoo, feliz porque su mamá le había dado permiso para jugar, era totalmente ajena a lo que sucedía entre Jimin y aquel alfa que la ayudó minutos antes. Los dos adultos estaban sentados al pie de las escaleras, solamente les separaba una pequeña distancia, pero ambos evitaban mirar al otro.

Jimin se encontraba en estado de shock, asimilando que quien estaba a su lado no era sino Jungkook, su marido, su alfa al que abandonó. En todo ese tiempo no había abierto la boca, aunque tampoco era como si pudiera. Estaba siendo preso del miedo, sin saber qué hacer o qué decir porque su cerebro parecía haberse desconectado de todo.

Jungkook, en cambio, lucía igual de despavorido que antes, casi aterrorizado. Quería hablar con Jimin, decirle muchas cosas: pedirle perdón ahora que tenía ocasión de hacerlo, expresar cuánto lo echó de menos, cuánto le quería... Pero sus labios estaban sellados, convencido de que no merecía decirle ninguna de esas cosas.

-¡Mamaaaaaaá! -llamó Misoo, saludando a Jimin desde lo alto de la cuerda.

Jimin se forzó a sonreír, alzando la mano también. De manera fugaz, echó un rápido vistazo a Jungkook, quizás para comprobar que estaba ahí y era real. Había adelgazado mucho, su rostro se veía cansado, con ojeras y los pómulos muy marcados. Muchas veces se preguntó cómo luciría su alfa después de esos casi tres años, pero verlo con sus propios ojos lo dejó turbado, incapaz de reaccionar.

-Es una niña muy bonita -dijo Jungkook de pronto, rompiendo aquel tenso silencio que se instaló entre ellos desde que se reencontraron.

Jimin se puso rígido. La voz de Jungkook le golpeó sin previo aviso, sintiéndose aún más aturdido. Quería irse, encerrarse en su casa y pretender que nada había ocurrido. Que Jungkook no estaba en Nueva York, ni que se encontraron por una broma cruel del destino. Sin embargo, sus piernas estaban clavadas en el suelo, inmóviles.

ᴬᴰᴬᴾᵀ | ƒσυя ѕєαѕσηѕ | ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora