°•☆ Donde Jimin es un típico omega que sólo se dedica a su esposo y a sus hijos.
Pero su sueño de una familia feliz se rompe cuando ve que ha estado luchando por un amor que ha estado roto desde hace mucho, mucho tiempo. ☆•°
ADAPTACIÓN AUTORI...
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Jimin se ponía bonito para su tercera cita con Jungkook. De pie frente al espejo, se sintió un poco ridículo de que un alfa provocara todas esas sensaciones en él, pero no podía evitarlo. Por mucho que tratara de no parecer un omega tipico a ojos de los demás, lo seguía siendo.
Pero ahora ya nada de eso importaba porque Jungkook lo quería así, y él no podía ser más feliz con eso. Echó un rápido vistazo a sus ropas oscuras y anchas, las que solía vestir antes de conocerle a él. Meses atrás su madre siguió insistiéndole en que cambiara de ropas y vistiera como un omega apropiado, pero él simplemente la ignoró como muchas otras veces.
La aparición de Jungkook fue lo que le hizo replantearse que, tal vez debía mejorar su imagen para el alfa. No olvidó las hirientes palabras de su madre cuando Jungkook empezó a cortejarle después de su primer encuentro.
"Siéntete afortunado. Ningún otro alfa querria cortejarte como lo está haciendo este joven alfa. Me sorprende que le hayas gustado".
Por mucho que le doliese, él también se preguntaba qué tenía para que Jungkook se hubiera interesado en él, pudiendo tener a cualquier otro omega más sumiso y educado. Y es que detrás de esa fachada de omega despreocupado y malhumorado, Jimin escondía una personalidad insegura que nadie conocía. Y quizás por ese motivo, en esos înstantes, aún no eligió qué ropa ponerse para su cita.
Finalmente, y cuando vio que el tiempo se le echaba encima, se decidió por un jersey y unos pantalones que se ajustaban a sus piernas. Se colocó el pendiente que tanto gustó a Jungkook cuando se lo vio puesto, y salió de su cuarto, escuchando a su madre desde el comedor deseándole suerte, o en otras palabras, que no la fastidiara.
Jimin no se molestó en contestarle. Cerrando la puerta de casa, vio a Jungkook esperándole en la otra acera con una sonrisa frente a un coche recién comprado, cortesía del padre del alfa.
-Te ves hermoso, bebé -le saludó con un beso en los labios.
-No soy un bebé -replicó rápidamente.
-Mmm. Cierto, eres mi bebé.
El omega quiso volver a replicarle, pero en su lugar, dejó que Jungkook le abrazara, sintiéndose pequeño a su lado. El alfa tenía ese poder sobre él, pero en vez de enojarle, le hacía sentirse bien.
Como era de esperar, Jungkook le llevó a cenar a un sitio romántico fuera de la ciudad. Le gustaba que el alfa le llevara siempre a lugares distintos y que no le importara conducir por más tiempo. Esta vez le había traido a una barbacoa, y Jimin no pudo ser más feliz porque le encantaba la carne.
-¿Te gusta el sitio? -le preguntó el alfa.
-Mucho.
Tomaron asiento frente al otro, sonriéndose y tomándose la mano por encima la mesa. Jimin miró de reojo sus manos entrelazadas y se fijó en la suya, se veía que era pequeña y delicada. Sus dedos eran un poco rechonchos pero a Jungkook parecía gustarle y eso le ponía contento.