Supercorp & los súper amigos.

(13)

- ¿Esta todo bien, Ru? - preguntó cuando entraron a la casa - Te he notado distraída.

- Estoy bien - no la miró. Alex sabía que mentía - Solo cansada, iré a dormir. Buenas noches.

Sin esperar respuesta subió las escaleras.

Alex suspiró.

¿Qué había hecho para que las chicas Arias dejaran de confiar en ella? Se preguntó.

- ¿Quieres ducharte primero? - preguntó a Sam.

- De hecho, quiero hablar contigo de algo.

Alex asintió y cuando Sam puso su mano sobre el sofá, invitandola a sentarse lo hizo.

- ¿Esta todo bien?

Sam se quedó en silencio y finalmente dijo:

- No.

- ¿Algo en que pueda ayudar?

- No lo sé - se llevo las manos al rostro - Yo... yo no quería meterte en esto, pero siento que me estoy ahogando, necesito decírselo a alguien y quiero que ese alguien seas tú porque... porque eres mi novia y te amo, y te mereces la verdad.

- Sammy - llevó su mano a su espalda - Puedes decirme lo que sea, confía en mi.

Samantha empezó a llorar.

- Ey, ey - Alex se asustó - ¿Es tan malo?

- Es importante que me escuches ¿ok? - pidió Sam.

- Lo haré, lo haré. Tranquila. Amor, me estas asustando - la abrazó con cariño intentando transmitirle algo de tranquilidad.

- Yo estuve casada, lo estoy aún - contó después de calmarse.

Alex se sorprendió, pero rápidamente volvió a acariciarle el cabello.

- Es la razón por la que dije que no cuando me pediste matrimonio. Yo quería casarme contigo, de verdad, incluso te había comprado un anillo hasta que recordé el hecho de que ya estaba casada. Con - hizo silencio - El padre de Ruby.

- Lo entiendo.

- Yo era muy joven y muy estúpida, me casé con él con la esperanza de que mi madre no pudiera separarnos, como dije, estúpida. Lo busqué, con la esperanza de que me diera el divorcio y así poder casarme contigo.

- ¿Te hizo daño? Dimelo... - exigió saber.

- No, no. Él quiere a Ruby.

Alex detuvo sus movimientos.

- La pidio a cambio de firmar el divorcio. Creí que podía hacerlo sola, arreglar ese asunto y estabamos a punto de firmar los papeles y él cambió de opinión. No firmará los papeles sino le cedo la custodia de Ruby. Te amo, Alex, pero yo no puedo hacer eso.

- No, y nunca te pediría que lo hagas. Encontraremos otra forma de alejarlas de ese sujeto - tomó su rostro - Pero no le daremos a Ruby - prometió - Ni siquiera tenemos que casarnos, podemos estar juntas sin un papel que pruebe que te amo.

Le sonrió.

- Pero, yo quiero ser tu esposa.

- Dijiste que me compraste un anillo - habló con ternura limpieando el rastro de lágrimas en su rostro.

- Lo hice.

- Dámelo - pidió.

Sam asintió. Se levantó y fue busco su bolso, donde guardaba el anillo.
Alex camino a la cocina y buscó la caja de cereales de fibra, Sam la miró confundida pero sonrió con burla cuando la vio sacar su anillo.