Supercorp & los súper amigos.

(42)

El silencio se mantenía en el patio trasero de la casa de Lilian y Eliza mientras Andrea seguía mirando el anillo en sus manos como si sus neuronas no fueran capaces de hacerle entender lo que la argolla significaba o como si simplemente no lograra procesar que ese momento que en silencio tanto deseo estaba a punto de suceder.

- Creo que la descompuso - susurró Lilian hacia a Eliza.

- Esta en shock - contestó de la misma forma.

Lilian se estiró un poco hacia adelante y le dio un empujón a Alura, que la miró ofendida.

- Dile algo, babosa - la regañó.

- Yo... - Alura se movió empezando a caminar hacia su novia - No se suponía que lo sabrías así, yo tenía todo un discurso y un plan muy elaborado para este momento, si no fuera por - miró a los niños que le dieron sonrisa inocentes - Tal vez no debí tardar tanto. Mi alma - llevó su mano a su mejilla - ¿Estás bien? Tu corazón va miy rápido, empiezas a asustarme. ¿Estás respirando?

Andrea negó.

- ¿No estas respirando o no estás bien o... No lo quieres? - miró el anillo.

- Yo... - la voz se le fue - Tú... ¿tú quieres casarte conmigo? Creí que... No querías.

- ¿Por qué creíste eso? - preguntó confundida.

- Porque ya estuviste casada antes y ya... Tuviste hijos, ya viviste todas esas etapas antes y creí que no querías pasar por eso de nuevo. Y estaba bien con eso, ok, yo... Puedo ser un amor ordinario en tu vida, mientras te quedes conmigo, solo te quiero conmigo, no me importa si nos casamos, o si nunca tenemos hijos juntas yo... solo quiero estar contigo - hace unos segundos no podía hablar y luego soltó todo eso como vómito verbal mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

- Andrea, claro que quiero casarme contigo. Te amo. Te amo más de lo que creí que podría hacerlo, te amo desde el primer momento en que te vi, cuando tus ojos me miraron por primera vez me hiciste tuya de todas las formas posibles, te pertenezco, Andrea Rojas. No eres un amor ordinario, ¿cómo podrías serlo? Eres todo ko que siempre desee y no sabía que esperaba - le quitó el anillo - Daría la vida por ser tu esposa, y la madre de tus futuros hijos ¿Tú quieres ser la mía? - se puso de rodillas frente a ella - ¿Quieres casarte conmigo?

- Maldita sea, si está pasando - lloró, causando risas.

- Es real ¿Quieres que te peñizque?

- Quiero que me beses - se inclinó por un beso.

- ¿Eso fue un sí? - preguntó cuando el beso terminó.

- Sí, fue un sí - asintió sonriendo.

Alura se levantó colocando el anillo en el dedo correspondiente y luego la acercó por otro beso.

- Te amo - dijo Andrea mirando su mano.

- ¿A mi o al anillo?

- A ambos.

- Me alegra que te gustará, lo hice para ti - besó su mejilla.

- ¿Lo hiciste? - preguntó sorprendida, Alura asintió sonriendo pero no pudo ser nada más porque empezaron a recibir felicitaciones.

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- Estás muy callada ¿pasó algo malo? - preguntó mientras bajaban del auto - Jade, te estoy hablando.

- Estoy bien - dijo.

- ¿Segura? ¿quieres ir por un helado antes de entrar?

- No tengo ganas.

- Ok - abrió la puerta y la niña corrió a su cuarto - ¡Mar, llegamos! Mar.

- Hey - saludó.

- Traes cara de muerto - dijo en cuánto la vió - ¿Estuviste llorando?