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Estaciono el auto fuera de su cafetería favorita. Perfectamente podría volar hasta ahí pero, mantenía su promesa con su esposa de solo usar sus poderes en momentos que realmente fueran necesarios así que ahora usaba mucho su auto, un regalo de Lena, por cierto.

Una mujer, en su veintes chocó con ella. No le hubiera prestado atención sino fuera porque se quedó en un tipo de trance mientras sus manos sostenían sus brazos, talvez en un intento de salvarla de besar el suelo.

- ¿Se encuentra bien, señorita? - preguntó nuestra rubia con curiosidad.

La mujer volvió en sí.

- Sí, lo lamento. No la vi - dejó de tocarla.

- Mon amour ¿Estás bien? - otra mujer preguntó acercándose, a esta Kara reconoció - Señora Luthor.

- Enid, hola - nuestra rubia noto como la otra rubia se aseguraba que la pelinegra este bien.

- Fui amable - dijo orgullosa la pelinegra.

Enid sonrió.

- Esa es mi chica - beso su mejilla - Oh, ella es mi novia, Merlina - presentó la chica - Mon amour, ella es Kara Luthor, mi jefa.

- Es un placer conocerla - dijo Merlina sin sonreír.

- El placer es mío - sonrió Kara.

Le parecía extraño. Merlina vestía completamente de negro mientras Enid siempre se a caracterizado por ser un arcoiris multicolor. Justo en ese momento ella usaba un conjunto completamente rosa.

- Debemos irnos, ten, tu café - le entregó el vaso terminó a la chica - Negro como tu alma.

- Encantadora como siempre, mon chiot - tomó su mano.

- ¿La veo mañana, señora Luthor? - dijo la rubia más joven.

- Seguro. Mis hijos te aman.

- Enid es fácil de amar - dijo Merlina.

- Eso es cierto - apoyo Kara - Fue lindo conocerte. Adiós.

- Chaito - sonrió Enid.

Se dispusieron a alejarse.

- Oh, y señora Luthor - Merlina se detuvo y se giró a Kara - Felicidades.

Luego de eso siguió caminando.

- ¿Por qué la felicitaste? - escuchó decir a la rubia.

- ¿No lo saben aún? Interesante. Creo que tendrás más trabajo, mon chiot.

Kara decidió ignorarlo y entrar a pedir su café.

- ¿Cómo le gustaría su café, señorita? - dijo la chica que tomaba los pedidos.

- Con crema y dos de azúcar - dijo alguien más por ella.

Kara se giró.

- William - saludó.

- Señora Danvers, como siempre un placer verla - sonrió y miró a la chica de los pedidos - Que sean dos de esos. ¿Lista para el trabajo?

- Siempre. Hoy iremos a la fábrica de textiles para investigar.

Oh, ahora que tenía pulitzers, Kara también tenía su propio asistente, cortesía de Cat Grant. Ese asistente era William, un tipo en sus treinta, muy adulador y sonrisa parecida al del gato de "Alicia en el país de las maravillas"

- Déjeme pagar - pidió cuando les entregaron sus cafés.

- No es necesario.

- Insisto, de todas formas, le llevo café a diario - sonrió entregando su tarjeta.

Supercorp & los súper amigos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora