▐ 𝙲𝙰𝙿 42▐

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—¿Jueves quince a las cinco de la tarde, le parece? — ofreció el veterinario, Enid asintió

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—¿Jueves quince a las cinco de la tarde, le parece? — ofreció el veterinario, Enid asintió.

— Si, está bien— dijo la rubia.

— Bien, anotaré su turno— dijo el hombre—. ¿Cómo se llama la híbrida?

— Merlina Sinclair.

El hombre asintió, anotando el nombre de quién sería su paciente en unos días.

— Bien, el procedimiento para saber si Merlina es fértil o no es muy sencillo e indoloro— dijo, colocando la tapa a su bolígrafo—. Es una simple ecografía, lo único que tiene que hace es retener la orina por unas dos horas antes de la misma para que la vejiga presione el útero y pueda verse en la imagen... Si no tiene útero no se verá nada y Merlina será infértil... Si aparece, pues, ya sabe.

La rubia asintió, la visita al consultorio del veterinario no duró más que eso, el hombre le pasó su número telefónico por cualquier cosa que ocurriera y Enid regresó a su departamento.

— ¡Meriieeeee! Ya conseguí cita con el vet- ...¡MER! ¡Después me besas con esa boca, por favor!

La gatita negra bajó su pata trasera para mirarla, deteniendo el baño a sus partes íntimas, su rosada lengua había quedado afuera de su boca sin querer, haciéndolo lucir adorable.

Enid suspiró, frunció el ceño.

— Merlina, cambia para mí— le pidió, su novia obedeció, la muchacha pelinegra con adorables orejitas entre su cabezo de dos trenzas y algo rizado cabello lo miraba de la misma forma que la  gatita lo había echo segundos antes—. Vamos al baño, bebé.

Enid tomó el cepillo de dientes de Merlina, colocó algo de pasta dental en este y se lo entregó, la otra la miró con pocas ganas, pero lo tomó por la insistencia de la rubia.

No le gustaba cepillarse los dientes, principalmente porque esa pasta con sabor a menta hacia que le ardiera la boca.

— Merly, creo que ya he hablado contigo de que debes bañarte como humana, no puedes pasarte la lengua por todo el cuerpo así nomás.

Merlina frunció el ceño, escupió la espuma de la pasta en el lavamanos.

— Lo seguiré haciendo igual— dijo.

Enid suspiró con algo de fastidio, tomó la toalla junto al lavamanos para limpiar los restos de pasta dental de los labios de Merlina.

— Quítate la ropa.

Merlina se ruborizó.

— ¿Q-qué?

— Vas a bañarte, Merlina— dijo la rubia, con una sonrisa —. Ahora.

Las orejas de Merlina se alzaron, su cola se erizó.

— ¿Con a-agua?

— Con agua.

Merlina comenzó a negar.

— ¡No quiero! ¡No me gusta!

— Merlina no grites— Enid pateó la puerta, cerrándola de golpe a sus espaldas, sabiendo que su híbrida se escaparía.

Merlina quiso huir, pero los brazos de Enid la retuvieron, se agitó para liberarse.

— No, no, no, no.... Miauu~ ¡Miau!— comenzó a maullar de forma lastimera.

— Oh, vamos, Merlina eres una exagerada— Enid la sostuvo con fuerza por los lados, separándola de ella— ¿Vas a obligarme a tener que hacerlo yo?

Los ojitos de Merlina la miraban con miedo, estaban algo enrojecidas por las lágrimas.

Enid suspiró.

— Bien... Hagámoslo.

 Hagámoslo

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𝘽𝙖𝙙 𝙇𝙪𝙘𝙠| WenClair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora