▐ 𝙲𝙰𝙿 45▐

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El olor de Enid la inquietaba, lo sentía desde el baño, y hacia que un cosquilleo extraño se instalara en su bajo vientre, y el calzoncillo no lo ayudaba mucho, los leves roces de la tela con cada uno de sus movimientos afectaba su sensibilidad.

Permaneció más tiempo del necesario en el agua, mucho después de que haya terminado de lavar su cuerpo y usar algo de shampoo en sus cabellos, se quedó allí hasta que el agua ya estaba fría.

Para ese momento, ese inquietante olor que Enid desprendía se había ido, y pudo respirar con más calma cuando el cosquilleo se fue.

Sacó el tapón de la bañera, se envolvió en una toalla, secó sus pies en la alfombra y salió del baño, mirando alrededor.

Entendió por qué ya no sentía el olor de Enid.

Ella ya no estaba en el departamento.

Sus orejitas bajaron inconscientemente, fue hacia el cuarto y se colocó la ropa que quiso, regresó al baño para dejar los húmedos calzoncillos junto con su ropa sucia y volvió a la sala, para acostarse en el sofá y ver por la ventana desde allí.

No supo en qué momento se quedó dormida, sólo sintió los pequeños toques en su rostro, con un ligero ruidito que le pareció molesto, frunció el ceño incluso antes de abrir los ojos, para ver a la rubia dejando besos por toda su cara.

Enid se separó de ella, le sonrió ampliamente, al punto en que Merlina se sintió bonito por observar tal sonrisa y comenzó a ronronear bajo.

— Perdón por dejarte sola, Merly— dijo la rubia—. Tuve un problemita.

Merlina simplemente asintió.

— Traje para cocinar pollo, MerMer, tu favorito.

Merlina sonrió un poco.

— Gracias— murmuró, Merlina asintió una vez como respuesta—. Enidnie— la llamó.

— ¿Hmm?

— Quiero mimos— pidió.

Enid no se negó a su linda gatita, se sentó en el sofá para que Merlina se acomodara sobre su regazo, casi recostado sobre sus piernas, la humana acariciaba su cabello y una de sus orejitas con una mano mientras la otra dejaba leves mimos sobre el abdomen de la híbrida, sintiendo perfectamente la vibración de su pecho en la palma de su mano.

— El jueves iremos al veterinario, Meriie— dijo, a lo que la pelinegra respondió con un asentimiento—. ¿Has ido al veterinario antes, no?

— A las vacunas, sí— dijo, frunció un poco su nariz al recordar esas horribles agujas.

Enid rió un poco por lo adorable que se veía.

— Prometo que está vez no va a haber vacunas, MerMer.

Merlina solamente asintió, se acurrucó un poco más cerca de Enid, reposando su cabeza en el brazo de su novia, bostezó un poco.

— ¿Quieres seguir durmiendo? — la gatita asintió— ¿Quieres que te lleve a la cama? — Merlina lo pensó un momento antes de asentir.

Enid acomodó el cuerpo de Merlina en sus brazos, cargándola de forma nupcial y llevándola hasta la cama, corrió las sábanas como pudo y lo dejó allí, antes de apartarse del todo, la híbrida tomó su rostro para juntar sus labios, en un beso lento y cariñoso, donde ambas recorrieron sin apuro la boca de la otra, hasta separarse de forma algo brusca por un nuevo bostezo de parte de Merlina.

Enid rió un poco por aquello, dejó un corto beso en la pequeña nariz de su novia antes de dejarla en la cama.

— Te despertaré cuando la cena esté lista— murmuró, cubriéndola con las sábanas, la híbrida asintió levemente, sus ojitos se cerraban.

Enid le dedicó una última sonrisa antes de salir del cuarto.

Enid le dedicó una última sonrisa antes de salir del cuarto

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𝘽𝙖𝙙 𝙇𝙪𝙘𝙠| WenClair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora