▐ 𝙲𝙰𝙿 21▐

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Incluso antes de llegar a las escaleras, Enid notó la oscura y las trenzas de Merlina, acomodada en el regazo de Xavier.

— ¡Merly~~!

Su grito hizo saltar a Xavier, haciendo que Merlina se despertara de golpe, mirando alrededor con confusión.

— ¡Gatita! — gritó de nuevo, bajando las escaleras apresuradamente.

Cuando Merlina enfocó su vista en Enid, sus orejas se alzaron de golpe, las imágenes de la noche anterior pasaron por su mente y su cola se erizó con miedo.

Xavier notó el cambio en Merlina, y se levantó para gruñirle a Enid, pero la rubia lo ignoró completamente, empujándolo un poco para ir hacia su gatita, abrazándolo con fuerza contra sí.

Merlina se tensó con el contacto, queriendo huir del abrazo, Enid olía aún peor que la noche anterior, y ese aquel extraño momento se revivió en su mente, comenzó a temblar con ganas, mientras se mordía el labio con fuerza, reteniendo los maullidos lastimeros de ayuda que quería liberar.

— Meriie, Meriie, gatita... — sollozó Enid sobre el hombro de la híbrida, quien sentía el abrazo demasiado apretado, y no podía llenar sus pulmones con el aire que necesitaba—. Te quiero tanto, gatita, te quiero como no te das una idea.... Qué sería sin ti, gatita.

Merlina sintió sus ojos nublarse, su dueña hablaba con tanto dolor, su llanto no se contenía tampoco, y sentía el cuerpo de la otra temblar con aún más fuerza que el suyo.

Una parte de ella estaba incómodo con tanta cercanía, era esa parte que le recordaba lo que había pasado ayer y el miedo que había sentido.

Pero otra parte de ella buscaba ese abrazo desde hacía bastante, buscaba el cariño característico de su humana y no quería que la soltara nunca.

Temblaba hasta la punta de sus orejas, ahora gachas, algo escondidas entre su cabello, cerró los ojos con fuerza y un maullido lastimero surgió de sus labios.

— ¿Mer? — Enid se apartó, mirando el rostro de su minina, la híbrida le dedicó esa mirada llena de miedo que había recordado esa mañana y supo que estaba haciendo algo mal—. No, no, gatita, tranquilo, no, n-no voy a hacerte nada— murmuró, intentando controlar sus sollozos, mientras acariciaba las pálidas mejillas de Merlina, su cabello y sus orejitas, aunque nada parecía tranquilizarlo, la gatito comenzó a respirar más seguido, agitado, conforme sus ojitos comenzaban a soltar lágrimas.

Enid se sintió terrible, provocando tanto miedo en su linda minina, comenzó a negar.

— No, Mer, no, tranquila, soy yo, lo siento, no quise hacerte tan mal, lo siento— quería abrazarla y quería alejarse a la vez, no quería hacerle más mal del que ya había echo, se apartó un poco, fue cuando vio las moradas marcas en el pálido cuello del híbrido— ¿Eso lo hice yo? — murmuró, tocando ligeramente los chupetones, sintió a Merlina temblar con su tacto—. Lo siento, Merlina, en serio, en serio lo siento... Fui una idiota, no pude controlarme, lo siento, perdóname, por favor— rogó con todo su corazón.

Si había algo peor que Merlina en realidad hubiera muerto era aquello, que le tuviera miedo y que no lo quisiera nunca más, y quiso llorar con fuerza.

Merlina no respondió, y Enid sintió el silencio como si fueran puñaladas, quiso llorar aún más.

Fueron segundos largos hasta que Merlina se inclinó un poco hacia ella, frotando su nariz contra su cuello, antes de hacer una mueca.

— Hueles horrible— murmuró la gatito, haciendo reír a Enid.

— Ya mismo me baño, querida— dijo la rubia, acariciando ligeramente las orejitas de su minina, sintiendo a este relajándose cada vez más.

Merlina se fue dejando en los brazos de su dueña, su Enid, la que tanto quería y extrañaba, había vuelto, sólo su olor seguía raro, pero era ella.

Se dejó reposar con la cabeza en el hombro del humano, hasta ronronear.


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𝘽𝙖𝙙 𝙇𝙪𝙘𝙠| WenClair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora