▐ 𝙲𝙰𝙿 49▐

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Enid arrojó el condón al cesto del baño, insultando con todas las palabras que conocía, se lavó las manos con furia, y por más que sabía que debía regresar al cuarto con su gatita quería calmarse primero, al menos un poco

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Enid arrojó el condón al cesto del baño, insultando con todas las palabras que conocía, se lavó las manos con furia, y por más que sabía que debía regresar al cuarto con su gatita quería calmarse primero, al menos un poco.

Continuó insultando y caminando en círculos en el poco espacio del baño, tiraba sus cabellos y se frotaba el rostro, pero todo parecía inútil para bajar sus humos.

— Miau.

La rubia se volteó rápidamente hacia la puerta del baño, donde Merlina se asomaba desde afuera, escondiendo la mirada inferior de su cuerpo de la vista de Enid, porque seguía desnuda.

Enid tardó unos segundos en reaccionar, se acercó a ella, Merlina sentía que Enid estaba molesta por algo, sus gatunos ojos la miraron con miedo.

Enid lo notó, le dedicó una sonrisa bastante forzada, acarició su mejilla con suavidad, no se las iba a agarrar con su novia, su voz sonó tranquila.

— Lo siento, Mer— murmuró—. ¿Quieres que te limpie?

Sin esperar permiso, Enid tomó su cintura, llevándola hacia el baño, Merlina miró con cierto pánico la ducha, pero su novia la sentó sobre la tapa del retrete.

Merlina miró a su cuerpo, manchado con su propia leucorrea.

La rubia tomó una toalla pequeña y la humedeció en el lavamanos, antes de pasarla sobre el pálido abdomen de la híbrida, su partes y parte de sus muslos.

— ¿Hice algo? — preguntó Merlina y Enid la miró con confusión —. Estás enojada.

Enid negó.

— No estoy enojada contigo, Mer, no hiciste nada, amor, ¿Sí? — Enid la miró con tranquilidad, Merlina asintió levemente.

— ¿Podemos ir a la cama? — preguntó, su voz sonó tímida.

— ¿Quieres mimitos? — ofreció.

Merlina asintió, Enid rió con ternura, beso unas cuantas veces su rostro y luego profundizar en sus labios.

Tal como pidió Merlina, volvieron a la cama, con la híbrida acostada sobre el pecho de Enid, permanecieron desnudas, piel con piel, en una cómoda y dulce intimidad.

Pasaron los minutos, y gracias a esa calidez y a los mimos que dejaba Enid en su espalda y su cabello, se quedó dormida.

Para eso Enid ya no sentía el enojo que había tenido rato antes, desvió su mirada hacia la mesa de luz divisando su celular.

Estiró el brazo hacia allá, sosteniendo a Merlina con el otro para no alejarla de sí, hasta que alcanzó el celular, la híbrida se removió y Enid tuvo miedo de haberla despertado, pero la pelinegra sólo se frotó un poco en su pecho y volvió a ronronear bajo cuando volvió a dormirse.

Enid suspiró con alivio, no quería molestarla.

Desbloqueó su teléfono y llamó a su mejor amiga.

— Enid, ¿Ahora qué?

— ¿Qué te parece, Lilith si es mujer y Cain si es varón?

Yoko se mantuvo largos segundos de silencio, en los que Enid esperó sin decir nada, con la vista en el techo del cuarto.

— La putísima madre que- — Yoko bufó— ¡¿Es que no sabes ponerte un puto condón?!

— Yok', vas a despertar a mi gatita.

— Tu gatita y madre de tus hijos, Enid Sinclair— Yoko suspiró pesadamente—. ¿Sabes que los gatos pueden tener de dos a cinco crías en una sola gestación?

— ¿Qué quieres decir?

— Y hay casos donde tienen más— añadió—. ¿Cómo te ves con cinco niños corriendo por todo tu puto departamento?

Enid frunció el ceño, la imagen fugaz de cinco pequeños Meriie's corriendo por toda su casa, maullando y llamándolo por atención lo hizo negar.

— Se rompió el condón, Yok'— murmuró.— ¿Qué hago?

— Reza, reza mucho.

— Yok', en serio.

— Bien... End's, primero, ¿Qué tanto le entró?

— Eres una puerca.

— Soy directa, responde.

— Pues... No lo sé, Yok', quizás lo suficiente, quizás no... Pero nunca se sabe, ¿Y si fué suficiente?

— Si fue lo suficiente puedes ir con el veterinario y le darán una inyección a Merlina para que no tenga crías— dijo, Enid asintió, por más que su amiga no la veía—. Si no fue suficiente te darás cuenta... Pues Merlina seguirá en celo y tendrá ganas de que la folles, sencillo. ¿Cómo está ella ahora?

— Dormida— respondió—. Pero estaba muy tranquila.

— La calentura se puede calmar un rato después de tener sexo... Si cuando se despierta sigue sin tener ganas, te acompaño a comprar pañales, End's.

— Maldita sea— murmuró la rubia.

— Por no revisar lo que usas, jódete.

Enid colgó, sin querer seguir hablando con quién no la ayudaba a estar más tranquila.

Miró a Merlina, dormida sobre ella, sus labios entre abiertos, aún marcados por lo que los había lastimado rato antes, respiraba tranquila y sentía su aliento sobre su piel.

Las largas y oscuras pestañas tocaban sus pálidos pómulos, que aún guardaban un tono rosado.

Se veía tan serena.

Enid acarició su cabello y una de sus orejitas, fueron cuestión de segundos para Merlina ronroneara.

Enid sonrió un poco.

— No fue tu culpa— murmuró, casi susurrando—. Si quedas en cinta no será tu culpa, el error fue mío... Y seré responsable por lo que pase, gatita.

 Y seré responsable por lo que pase, gatita

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𝘽𝙖𝙙 𝙇𝙪𝙘𝙠| WenClair AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora