09

946 57 4
                                    

N E Y M A R

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

N E Y M A R

Me senté en el borde de la cama mientras observaba como a unos cuantos pasos míos Bruna desarmaba sus maletas y comenzaba a guardar su ropa en mi armario.

Nuestro, pensé. A partir de ahora tendríamos que compartirlo por tiempo indeterminado. Una decisión que había partido de mí, en un intento por rearmar mi vida, pero de la cual ahora no me sentía muy seguro. La morocha se movía de un lado a otro, feliz, casi como si estuviese bailando y no deshaciendo el equipaje. Sabía que mi propuesta la había tomado por sorpresa, pero que la había emocionado.

Ya habíamos hablado de convivir el año pasado, un tiempo después de hacer pública nuestra relación, más no lo llevamos a cabo. Principalmente por los rumores de infidelidad que salieron a la luz, y porque la prensa estaba detrás de nuestros pasos sin importar si las noticias que filtraban eran buenas o perjudiciales. Unos meses antes de que comenzara la Copa del Mundo dijimos que habíamos terminado. Ella siguió con su vida, yo seguí con la mía, fingiendo estar solteros, sin embargo, seguíamos juntos.

Necesitaba concentrarme para el mundial y la prensa local no me dejaba en paz, así que los engañamos. Seguimos en contacto, Bruna se enojaba porque, más seguido de lo que esperábamos, salían noticias mías con una nueva mujer. Admito que era poco cuidadoso, incluso ahora, teniéndola en mi casa, pensaba en cuál sería mi próximo movimiento para no exponernos a ninguno de los dos, pero para poder volver a mis andadas.

—Te extrañé mucho —Murmuró, dejando una percha colgada y caminando hacia mí con pasos suaves—. ¿Me extrañaste también?

—Sí... —Dije, poco convencido—. ¿Qué hay en ese paquete?

Había llegado con más de cinco maletas y un paquete enorme que no me dejó ver. La curiosidad amenazaba con jugarme en contra y hacerme husmear entre sus pertenencias hasta poder hacerme una idea sobre qué había traído.

Una sonrisa apareció en su rostro mientras se sentaba en mi regazo y pasaba uno de sus brazos por sobre mis hombros. Sus uñas acariciaron la piel de mi cuello y sus labios se posaron en mi mejilla izquierda, dejando un beso suave.

—Es una sorpresa por tu cumpleaños, en dos días lo podrás abrir —Dijo—. Estoy segura de que te va a gustar mucho.

—No era necesario, Bru —Su ceño se frunció y la sonrisa abandonó su rostro, así que me retracté rápidamente—. Pero muchas gracias, estoy ansioso por ver de qué se trata.

— ¿Esa chica se está quedando acá? —Preguntó, cambiando de tema. La miré confundido y, al ver que no le respondía, aclaró:—. La novia de Gui, ¿está de visita o vive con él acá?

—No sé —Contesté, siendo sincero—. No he hablado con Pitta, él solo dijo que ella vendría, pero nunca dijo por cuánto tiempo.

— ¿No te parece que se toma demasiadas atribuciones?

Prohibido | NEYMAR JRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora