Ella era la novia de su mejor amigo, él estaba intentando retomar una relación turbulenta, pero en la intimidad sabían que se pertenencían el uno al otro, a pesar de que fuese algo totalmente prohibido.
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L U A N A
— ¡¿Hiciste qué?! —Me alejé un poco el celular de la oreja al escuchar el grito de Manu al otro lado de la línea—. Ay, Lua, no puede ser, se descontroló todo.
—Ya sé —Me lamenté—. Soy una hija de puta, tendría que haberme ido antes.
—El hijo de puta es él, yo estoy orgullosa de que te hayas enredado con Neymar, si estuviese ahí te aplaudiría.
—Manu, tiene pareja y yo también —Le recordé el pequeño gran detalle que mi amiga parecía haber olvidado—. Es algo imposible, prohibido, no se puede volver a repetir.
— ¿No fue eso lo que dijeron antes de que te metiera...?
— ¡Amiga! —Me volteé un poco para asegurarme de que seguía sola en la habitación—. Creo que me estoy volviendo loca, pero no me lo puedo sacar de la cabeza —Susurré con la voz entrecortada—. Gui no se merece esto, no tendría que haber cedido a sus encantos, es su mejor amigo, ¿entiendes lo terrible que sería si se llegase a enterar?
—Te voy a dar un consejo espantoso con una muy dudosa moral, aprovecha Luana —Su tono de voz me dejó saber que me lo decía enserio, no había ni una gota de broma en la frase que acababa de soltar—. Guilherme es un imbécil, si fuera otra persona yo te diría que salgas de esa casa ya mismo y te mandaría un pasaje de vuelta a Río, pero ¿sabes qué? Ese patán no se merece ni tu culpa ni tus lágrimas, se merece que te enrolles con Neymar y le hagas tragar todos los malos ratos que te ha hecho pasar.
—No puedo, Manu —Lo cierto era que no se trataba solo de mi pareja, sino también de la del jugador, que a pesar de que a mí no me caía bien, no se merecía que él le pusiera los cuernos—. Bruna también está del otro lado, no puedo hacerle esto, es injusto.
— ¿Luana, tu piensas que Neymar no se envolvió con otras antes? —La imagen de Julia y el sofá aparecieron en mi mente, recordándome que yo misma fui testigo de que le había sido infiel—. ¿De verdad crees que ella no lo sabe? ¡Todos lo sabemos! No hay nadie que no hable de eso, está en las redes sociales, en los programas de televisión, incluso es el chisme predilecto de las señoras que van a pilates conmigo... aprovecha, sácate las ganas, disfruta y vuélvete a Brasil.
La puerta de la habitación se abrió de repente, dejando ver a Guilherme que recién volvía de su salida con los demás hombres de la casa. El reloj marcaba las tres y media de la mañana, tenía suerte de que París estuviese cuatro horas por delante de Río porque sino Manuela probablemente no me hubiese atendido la llamada, pero era algo urgente, no podía seguir como si nada luego de lo sucedido con Neymar.
—Manu te llamo mañana, tengo que colgar.
— ¿El inservible ya llegó? —Preguntó, aunque ya estaba segura de que la respuesta sería afirmativa—. Lua, por favor, no caigas en sus promesas otra vez, si vas a quedarte ahí que sea para devolverle una por una las noches que te hizo pasar mal, sino vuélvete.
