12

1.1K 72 12
                                    

L U A N A

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

L U A N A

—Estás muy rara —Guilherme me miró de arriba abajo, acercándose a mí con pasos lentos. Se detuvo a pocos centímetros de mi cuerpo, dejando las manos apoyadas sobre la piel expuesta de mi cintura, atrayéndome hacia él—. Ayer desapareciste en medio de la fiesta ¿se puede saber dónde estabas? Me dejaste solo con todos los invitados preguntándome por ti.

—Me sentía mal —Respondí cortante—. Me dolía la cabeza.

Estaba segura de que nadie le había preguntado por mí y que simplemente me decía aquello para intentar hacerme sentir importante. Lo cierto era que a los invitados no pudo importarles menos si yo estaba presente o me desaparecí el resto de la tarde, ellos siguieron disfrutando de la fiesta, acompañando al cumpleañero y celebrándole un año más de vida.

Me mordí el labio inferior disimuladamente y agaché la cabeza, evitando su mirada. Gui podía ser muy insistente cuando quería, sobre todo si se le metía en la cabeza que alguien le estaba ocultando algo. Por mi mente solo pasaban los besos que me había dado con su mejor amigo, sintiéndome culpable por haber vuelto a caer en la tentación de probar su boca.

— ¿Qué pasa, princesa? —Sentí sus labios en mi hombro derecho, pero me alejé rápidamente, actuando como si fuera alérgica a su toque. Guilherme frunció el ceño y se cruzó de brazos—. ¿Qué pasa, Luana? ¿Ves cómo estás actuando? París te está haciendo mal, no puede ser que reacciones como si fuese a transmitirte algún tipo de enfermedad...

—Te dije que me sentía mal —Murmuré. Tenía que decirle lo que había hecho, ser sincera e irme a Brasil antes de que todo se saliera de control. No podía quedarme en la misma casa, conviviendo con ambos, fingiendo que en menos de veinticuatro horas no me había besado dos veces con Neymar—. Gui, creo que esto no está yendo a ningún lado.

— ¿Qué cosa? —Intentó volver a acortar la distancia, pero lo detuve poniendo mis manos en su pecho—. Luana, deja de hacer esto, por favor.

—Nosotros no estamos yendo a ningún lado, pensé que podíamos adaptarnos el uno al otro, pero es evidente que no.

—Para mí no es evidente —Dijo, apretando la mandíbula—. Yo creo que estamos mejor que nunca, si no estuviéramos bien tú no estarías aquí, sino en Brasil con tu tía —Su mirada se oscureció, dejándome saber que mi planteo no le había gustado nada—. Deja de delirar, estamos bien, no hay nada de qué preocuparse.

—Guilherme, no estamos bien...

—No digas tonterías —Me interrumpió—. Estamos perfectos, tú me quieres, yo te quiero, estamos conviviendo juntos, ¿qué mas necesitas?, ¿qué quieres que haga?

Me mantuve en silencio, mirándolo fijamente. Ya ni siquiera tenía ganas de quedarme en el país y mudarme a una nueva casa, sino que quería volver a Brasil. Iba a volver a repetirle que mañana mismo iría a sacarme un pasaje para volver a mi antigua vida, pero sus labios sobre los míos me interrumpieron.

Prohibido | NEYMAR JRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora