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N E Y M A R

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N E Y M A R

— ¿Tu siempre tienes estos planes bajo la manga?

Me limpié la boca y dejé la servilleta a un lado. Luana me miraba atenta, esperando una respuesta. Se veía preciosa con la nieve a su alrededor, la capucha del abrigo cubriéndole una pequeña parte del rostro y sus manos sosteniendo la taza de café, buscando entrar en calor.

La había invitado a desayunar con la excusa de que sería la última vez. Ella no me había creído y, para serles sincero, yo tampoco. No tenía intenciones de alejarme de la mujer que ahora me miraba curiosa y atenta en partes iguales.

—No, no siempre —Extendí la mano para limpiar el resto de espuma que había quedado en sus labios—. Me pongo romántico cuando la chica me interesa.

— ¿Ah sí? —Asentí, sin añadir más nada—. ¿Yo te intereso?

—Mucho —Admití, desviando la mirada hacia el paisaje detrás de ella—. Más de lo que deberías.

— ¿Y qué vamos a hacer al respecto?, ¿ignorarlo como siempre?

Su pregunta me tomó por sorpresa. Me costaba tener en claro cuáles eran sus sentimientos para conmigo, no parecía el tipo de mujer que se enamoraba de la noche a la mañana, tampoco el tipo que planeaba un futuro al lado de la otra persona tras compartir algunas noches de sexo, sin duda no era el tipo que planificaba una boda, pero tampoco me parecía el tipo de las que se relacionaban sin compromisos.

¿Qué sería entonces lo que Luana estaría esperando de mí? ¿La pregunta que en verdad quería hacerme era "dejarías a tu novia por mí y empezarías una historia nueva"?

—Nada, no vamos a hacer nada —Dije, volviendo a mirarla fijamente—. Tu seguirás con tu vida, yo seguiré con la mía, seremos buenos amigos y olvidaremos que en algún momento nos miramos de otra forma.

—Ya veo...

Mi respuesta no pareció convencerle, al contrario, su rostro se tiñó con cierta decepción que le fue difícil disimular.

—Luana, no soy un príncipe azul que vino a salvarte de la mala relación que tenías con tu novio —Ella frunció el ceño, pero no me interrumpió—. Te mereces estar con alguien mejor, un hombre que esté disponible emocionalmente, que pueda salir contigo y mostrarse ante el mundo, y yo no soy ese.

—Nunca te pedí que lo fueras.

—Lo sé, pero...

—No necesito que salves a nadie —Se recostó contra el respaldo de la silla y me miró entre enojada y triste—. No quiero que me salves, no soy una damisela en apuros, solo soy una chica que terminó en el lugar equivocado con la persona incorrecta.

—En una cama que no le pertenece, intentando conseguir un corazón que ya es de otra persona.

Luana arqueó una ceja y entreabrió la boca, incrédula ante mis palabras. Quizás estaba yendo muy lejos, pero necesitaba saber qué era lo que le pasaba, qué sentía cada vez que estábamos juntos. Necesitaba asegurarme de que ella también escuchaba su corazón en sus oídos cada vez que nuestros cuerpos se fusionaban, que un nudo aparecía en su estómago con cada despedida.

— ¿Eso es lo que crees que estoy haciendo? —Dejó la taza a un lado y se enfocó en mí—. ¿Crees que eres tan importante que todos se enamoran de ti?, ¿piensas que a cada lugar al que vas las mujeres van a tirarse encima de ti y se van a pelear por un poco de tu atención?

—No fue eso lo que dije.

—Pero fue lo que diste a entender —La había hecho enojar, estaba seguro de aquello—. No fue intencional aparecer en tu casa, ser la novia de tu amigo, tener sexo contigo y ena..., y terminar así.

— ¿Y qué? —Mis ojos brillaron con cierta esperanza—. ¿Qué ibas a decir?

—Nada —Dio marcha atrás al sentirse acorralada—. Creo que es mejor que dejemos este asunto acá.

—Lua, yo te qui...

Mi celular sonó en el momento justo en que las palabras iban a escaparse de mi boca. Una llamada entrante de mi padre me detuvo de decirle a la ojiazul que quizás ya habíamos avanzado demasiado en este peligroso juego.

❆❆❆

Luana entraba a trabajar en una hora. Habíamos pasado toda la mañana juntos, ignorando la conversación que habíamos tenido en el desayuno. Estaba siendo egoísta con ella, le decía que tenía que conocer a otros hombres y al mismo tiempo me interponía entre ella y su libertad. Es que el simple hecho de imaginarme a otro merodeando a su alrededor me volvía loco.

Acomodé un mechón de cabello detrás de su oreja, observando como sonreía y la apunté con el celular para tomarle una foto. Eran tan pocos los momentos en los que podía sentirme Junior, simplemente Junior, no Neymar el futbolista, sino el hombre que era capaz de relacionarse con otras personas sin temer que estuviesen acercándose por beneficio.

Sonreí al mismo tiempo que el flash iluminaba su rostro. No podía dejar de preguntarme si era ella, si en realidad era Luana la chica que Dios había mandado, y no Bruna, quien me esperaba en casa.

—Ay no, borra eso —Se quejó tan pronto como le mostré la foto—. Salgo espantosa.

—Imposible —Acerqué mi rostro al suyo y le robé un beso rápido—. Siempre luces preciosa.

—Eso lo dices porque te gusto. —Bromeó.

—Si, pero una cosa no tiene nada que ver con la otra.

Volvimos a la camioneta poco después. Aún teníamos algo de tiempo para pasar juntos antes de que tuviera que dejarla en la cafetería.

Se la veía contenta con su trabajo, cada vez que le preguntaba al respecto me contaba cada detalle con entusiasmo. Me hablaba de su jefa, de sus compañeros, de cómo le habían enseñado a preparar café y lo mucho que había avanzado comunicándose en francés con los clientes.

Adoraba verla de aquel modo, tan feliz, tan liviana. Como si la Luana que salía con Guilherme y esta que estaba frente a mí fuesen personas diferentes. No sabía qué había cambiado, pero ella ya no era la misma desde que había terminado su relación con mi mejor amigo.

— ¿Si me aparezco en tu trabajo será muy sospechoso?

—No sé, no aparenta ser un lugar al que van muchos famosos —Respondió, dubitativa—. Aunque creo que si va Neymar Júnior se volverá mágicamente una de las cafeterías más famosas de París.

—El efecto Neymar. —Bromeé.

—Creo que Jérémie te pediría una foto.

— ¿Quién es ese?

—Uno de mis compañeros, es hincha del PSG —Dijo, sin darle mucha importancia—. Lo noté porque siempre va con una campera con el logo del club, no es que les preste atención a esas cosas, pero cada vez que la veo me acuerdo de ti.

Sonreí y la atraje hacia mí con la intención de besarla. Luana no tardó en corresponderme, llevando sus manos a mis mejillas paraprofundizar más el beso. Si pudiese elegir un lugar donde quedarme para el resto de mi vida sería acá, entre sus brazos, siendo yo, sin más expectativas que la de hacerla feliz.

 Si pudiese elegir un lugar donde quedarme para el resto de mi vida sería acá, entre sus brazos, siendo yo, sin más expectativas que la de hacerla feliz

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los únicos que no saben que Luana y Neymar están enamorados son Luana y Neymar :)

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2023 ⏰

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Prohibido | NEYMAR JRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora