𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 | 𝐋𝐑𝐇

40♡

Luke POV

"Feliz cumpleaños" Alexa besó mis labios repetidas veces y yo era incapaz de borrar la sonrisa en mi rostro. "Eres el ser más maravilloso que ha habitado este planeta y no deseo más que tu felicidad eterna, salud y éxito por el resto de tu vida, te amo"

Me abrazó de nuevo y cerré los ojos procesando sus palabras. La inexplicable paz que sentía era una sensación que desearía guardar en una botella y conservarla toda la vida. Eran sensaciones que solo he logrado sentir ciertas ocasiones de mi vida, y lo curioso es que siempre suceden al lado de ella.

"Ahora... pide un deseo" Reí dejando una de mis manos sobre su pierna y apoyé la otra en la superficie de la mesa. Ella se inclinó tomando el pequeño pastel con exactamente veinticinco velas encendidas que ya comenzaban a derretirse sobre la cubierta de crema batida y fresas encima.

"Mmmm deseo-"

"No me lo digas o no se cumple" Me interrumpió y yo me reí divertido por la incredulidad en su rostro.

Alexa me miró expectante mientras yo trataba de pensar en algo que desear. Me era muy difícil desear algo cuando sentía que tenía todo lo que alguna vez quise. Tenía la vida que en algún momento soñé, tenía a la persona más increíble del mundo a mi lado y todos los días me despertaba para trabajar en algo que amaba. ¿Que más podría desear?

"Apúrate que se están derritiendo las velas..." Hizo una cara graciosa y cerré los ojos un segundo. Deseo seguir siendo feliz contigo. "¿Listo?"

"Sip"

Alexa contó uno, dos, tres y soplé las velas extinguiendo el fuego. De alguna manera, no sentía tanto pánico al saber que estaba cumpliendo un año más de vida. De hecho, se sentía como si hubiera alcanzado un logro, como si hubiera llegado al final de un largo maratón.

En algún momento de mi vida sentí que por circunstancias bastante duras, no llegaría más allá de los veinticinco, quizás porque en aquellos años me sentía tan perdido que solo estaba esperando el momento en que algo malo me ocurriera y fuera el fin de mi existencia.

"¡Wooo!" Reí mirando a mi chica alegre, se inclinó besando mi mejilla y tomé su rostro para desviarme y besarla como debía de ser. "¿Lo probamos o hasta que regresemos del mar?"

"Hasta que regresemos"

Me miró emocionada y después de quitar las velas y el exceso de cera que cayó encima, ambos salimos casi corriendo de la casa en donde estábamos rumbo a la playa.

No voy a mentir. Estar aquí, lejos de casa, relativamente, con la inmensidad del mar frente a nuestros ojos y sin nadie más a nuestro al rededor era increíble. Alexa lucia llena de vida y eso me hacía feliz,me hacía querer hacer todo lo que estuviera en mis manos para mantener ese brillo en sus ojos y esa sonrisa grande en su rostro.

Ambos llegamos a la arena tibia. Alexa ató su cabello en lo alto de su cabeza y levantó mi antigua camisa que llevaba puesta para dejarme apreciar el traje de baño que llevaba. Era una fortuna que estábamos solos aquí porque no sabía que tan quietas estarían mis manos en las próximas horas.

Ella tiró de mi mano para arrastrarme hacia el interior de la playa, casi de inmediato solté su mano para posarlas sobre su cadera y juntarme a su cuerpo, besé su hombro y caminamos hasta que el agua nos llegó hasta los hombros.

"Creo que jamás habíamos estado tan temprano en la playa ¿No crees?" Me miró divertida, deslicé mis manos hasta tomar sus piernas y colocarlas al rededor de mi cadera. 

"Creo que no, nada más a ti se te ocurre empezar nuestro día tan temprano" Ella rodó los ojos y aferró sus brazos al rededor de mis hombros. 

"Mira el lado bueno, logramos ver el amanecer desde nuestra cama y ahora estamos en el agua y ni siquiera ha comenzado a calentar el sol, es básicamente la hora perfecta"