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Habíamos llegado a la casa de Dante y ahora estaba más nerviosa que nunca. Seguía con la pequeña esperanza de poder encontrarlo solo, no venía a pelear solo quiero arreglar las cosas, necesito saber si verdaderamente íbamos a poder tener algo juntos, quería que algo entre nosotros pasará.

Thiago al ver mi nerviosismo y que mis manos temblaban a más no poder decidió tocar el timbre, a los segundos esta se abrió dejándonos ver a la mamá de Dante.

—Liv, estas aquí, crei que no vendrías, pasen. Iré a llamar a Dante— no digo nada y solo me adentro a la casa junto a Thiago, sin darme cuenta estábamos tomamos de la mano y además yo estaba enganchada a su brazo.

—Tranquila, va a estar todo bien— susurra en mi oído y la agradezco internamente.

Sin esperar mucho veo como Dante se acerca a toda velocidad hacia mi pero frena de golpe al ver mi mano junto a la de Thiago. Sin esperarlo de mi parte me separo rápidamente de él y miro a Dante.

—Dante yo...— intento empezar a hablar pero él me interrumpe.

—Ven, vamos al cuarto— extiende su mano hacia mi y lo pienso unos segundos pero termino agarrándola, con lentitud nos dirigimos escaleras arriba y al llegar a la habitación el cierra la puerta detrás nuestro.

Sin esperar un minuto más él me besa, con delicadeza agarra mis muslos haciéndome enrollar mis piernas en su cintura, nos encamina a la cama y con cuidado me dejó sobre esta, empezó a acariciar mis piernas por encima de el pantalón que tenia puesto.

Nos hago dar la vuelta quedando ahora yo arriba suyo, con sus manos en mi cintura empieza a hacer presión sobre su miembro y suspiros escapan por parte de los dos. Saca mi sudadera y la tira hacia no sé donde, sus manos empiezan a explorar mi cuerpo acariciando específicamente mis pechos.

Los suspiros de mi parte eran más fuertes, ahora se convirtieron en jadeos cada vez más fuertes, con mis manos busque el borde de su camiseta y se la quite, empeze a pasar mis manos por su espalda y en el proceso rascuñaba un poco cosa que a él parecía gustarle demasiado, pero todo terminó apenas la puerta de la habitación se abrió con total brutalidad y la misma chica de la otra vez estaba ahí parada con un niño de más o menos 5 años a su lado.

Con lo primero que encontré me cubro bajándome de encima de Dante, había un niño, y por más que me moleste demasiado que esta mujer haya interrumpido nuestro momento, respetaba al niño presente, yo tengo un hijo y no me gustaría que pase por esto.

—Eres un idiota, no entiendo que tiene esta zorra que tanto las buscas, te espero abajo para hablar Dante— hablo la mujer que aún sostenía al niño en sus brazos y este me miraba entre intrigado y contento.

—Hola bonito— lo saludo y él me saluda con su pequeña manito.

—Holaa— su pequeña vocesita era dulce pero al mismo tiempo intentaba hacer voz de grande y solté una risita por eso.

—Hablo con ella y bajo a atenderlos, vete— había sido fea la manera en la que le hablo pero creo que solo era por mi presencia.

Sin más la mujer salió de la habitación e intento llevarse al niño pero este se negó y se soltó de su agarre, este rápidamente vino corriendo hacia Dante el cual lo cargo feliz.

—Liv yo— estaba atenta a como el niño lo miraba, su miraba expresaba amor, cariño, curiosidad, de todo un poco pero lo que más resaltaba era admiración.

—Es tu hijo— hable y él me miró sorprendido.

—Juro que me enteré hace poco, intenté contarte Liv pero no me querías ver— habla tratando de explicarme pero yo solo veo al pequeño niño.

Tú, Yo y ¿Él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora