Fanfic Chrischel

CAPITULO 6

Christopher

Mi mente pocas veces en mi vida a estado en paz, son escasos los momentos donde me he sentido completo, desde niño he estado solo con la ausencia de quienes se suponen tendrían que haber velado por mi se encargaron de dejarme solo.

Desde muy joven sabía que en mi habitaba una bestia la cual me costaba controlar la gran parte del tiempo, pero con los años aprendí a camuflarla entre la gente que solo se quedaba con la imagen de alguien egoísta y arrogante.

Como dije los momentos de tranquilidad no son lo mío ya que es cuando más inquieto estoy, el ser acechado gran parte de mi vida me enseñó eso.

Mi alrededor se encuentra en calma en un lugar el cual conozco más la duda de que mierda hago aquí se repercute en mi mente una y otra vez, es High Garden lo que tengo ante mi, todo esta en silencio por lo que ingreso sin entender muy bien porque.

Las dudas están entre esas ¿Dónde esta Rachel? O ¿donde están mis hijos? O Alex en cualquier caso. El interior me recibe con...¿Recce? ¿que mierda?

—Aquí estas otra vez muñequito.

—¿Otra vez? ¿Qué mierda esta pasando? —digo acercándome a el —¿Dónde esta Rachel y mis hijos?

—Cálmate que tu empleado no soy, sígueme — lo sigo cuando camina al despacho—los veras muñequito.

Cuando cruzamos la puerta del despacho mi alrededor es distinto ya que me veo en la mansión de Regina en Rusia exactamente en la sala de la casa, los mellizos están en el sofá jugando entre ellos mientras el televisor está encendido.

Recee a mi lado me repara de reojo en tanto aprieto la mandíbula tratando de contener lo que me corroe, una sensación que conozco se instala en mi pecho como cada vez que los veo.

—Milenka se parece demasiado a ti—Dice Recce.

—Mentira esta igual de loca que su mamá —digo cuando se levanta poniéndose a bailar frente al televisor.

Se ríe cuando nota que tiene el mismo gusto que su mamá en el baile —pero los genes Morgan están en ella muñequito, Regina se burla de ti cuando te hace perder los estribos —Dice logrando que lo mire mal.

Mi alrededor cambia de repente mostrándome otro escenario totalmente distinto y es que me muestra a mi mujer sentada a un lado de la cama de un hospital tomando... mi mano.

Es extraña la sensación de verme a mi mismo conectado a un montón de cables postrado en una maldita cama con Rachel con lagrimas en el rostro, las lágrimas caen por su rostro sin control y el hecho de no poder tocarla me hace tragar buscando quitar el nudo en mi garganta.

—Necesito que despiertes, que regreses por los mellizos... —Dice con la voz entrecortada— por mi, por todo por lo que estamos peleando, por todas la cosas que hemos tenido que hacer para mantenerlos a salvo.

Quiero tocarla joder... decirle que aquí estoy y que no me iré que se necesita mucho más para matarme más ahora que tengo más motivos para luchar y son ella y mis hijos.

Se levanta besando mi rostro apoyando su frente contra la mía mientras en su mano reparo el anillo que le devolví cuando regresó, cuando la volví a sentir mía porque volví a ver en sus ojos lo mismo que vi cuando nos casamos.

Ese amor incondicional, que pese a mis decepciones y a las veces que la he lastimado nunca a dejado de mirarme así y esa mirada me hizo caer una y otra vez.