CAPITULO 24

1.7K 150 58
                                    

Christopher

Encerrado. Es ese el estado en el que me siento en estos momentos, la presión en mi pecho me eriza la piel mientras la sangre en mis venas arde junto a las ganas de salir corriendo que me invaden.

Un presentimiento que me ahoga en pensamientos destructivos contra los que van a querer doblegarme.

Mi discusión con Rachel se reproduce en mi mente una y otra vez sin razón aparente, mi rabia con ella no se disipa, no se va y el que los mellizos no estén me pone peor.

Camino cual bestia encerrada en el despacho mientras me termino el vaso de whisky que me quema la garganta.

Mi ojos no dejan de reparar en las fotos que adornan mi escritorio, una es mía y de Rachel en nuestra boda y la otra es de los mellizos con sus pijamas puestos.

El estruendo en la puerta principal me hace salir mientras veo los mellizos que en cuanto ven a la nana corren a ella presos del llanto.

-¡Se llevaron a mi mamá! ¡Se la llevaron nani!-grita Milenka llorando el hombro de la nana.

Ella me mira mientras veo a Ivan entrando por la puerta trata de hablar cuando me le voy encima tomándolo del cuello poniéndolo contra la pared.

-¡¿Qué mierda pasó?!

-Nos rodearon señor, los soldados que llegaron en la mañana eran gente de Antoni Mascherano-balbucea poniéndome peor-la señora puso a salvo a sus hijos antes de que se la llevaran me ordeno que sacara a los niños de ahí.

Maldita sea.

Lo suelto acercándome a los mellizos, Milenka sigue llamado a su mamá mientras su hermano se pone a llorar junto con ella, se agita mientras su nariz comienza a sangrar en lo que la crisis comienza remarcando las venas de sus brazos sus ojos cambian de color y soy rápido a la hora cargarlo hasta el sillón mientras la nana va por el medicamento.

Su hermana se desespera aumentando el llanto que me desespera, el afán me gana cuando la nana llega con el medicamento que le inyecto a mi hijo tratando de aplacar su crisis, dura un rato hasta que se normaliza su respiración pasando saliva repetidas veces con el sudor cubriendo su frente.

Su hermana se acuesta a su lado tratando de controlar su propio llanto mientras le peina el cabello con los dedos.

Lo que tiene es un impacto a mi coraza, siendo el triple de fuerte que la que genero la recaída de su madre hace casi cuatro años, ignoro el sabor salado que se aloja en mi garganta al verlos así.

-Ella dijo que se iba a quedar, que iba a compensar todo-gimotea mi hija presa del llanto mientras me mira-la tienes que traer para que cumpla su promesa.

El gris de sus ojos llenos de lagrimas son otro impacto que me hace voltear convenciéndome de que hasta que no acabe con esa maldita escoria no estaré en paz nunca.

Se acurruca con su hermano mientras la nana se queda con ellos, me muevo al despacho buscando lo que necesito, el dispositivo del collar de Rachel aparece como si estuviera fuera de conexión sin mostrarme su ubicación.

Mierda.

Voy por el del anillo que me muestra sus signos vitales, son lentos y pausados como si estuviera dormida. La idea de que la drogaran de nuevo con mi hijo en el vientre me jode la sola idea, el peso que se instala en mis hombros es insoportable en lo que doy órdenes de atacar Italia por todos lados, me importa una mierda.

Mi rabia es más conmigo mismo que con alguien más, mi cabeza me tortura recriminándome que falle, que la deje sola de nuevo y que eso la puede condenar con mi hijo en el vientre.

Fanfic Chrischel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora