CAPITULO 14

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Christopher.
 
Moscú.
 
Tormenta.
 
La mañana se me va en reuniones tanto en el comando, como fuera de este en las constantes reuniones con el Boss quien por lo cierto se está ganando una patada en el culo de mi parte, ya que esta más insoportable de lo normal.
 
Mi día de por si empezó mal ya que la teniente sigue ignorando las llamadas que le he hecho durante la mañana, no esta en la mansión solo desayuno con los mellizos y se fue sin decir a donde ni con quien.
 
A ninguna de sus amigas les ha dicho donde está, solo que estaba ocupada.
 
Procuro que mi cabeza no imagine cosas que no quiero pero mi cerebro me traiciona dándome imágenes que no quiero, estoy harto de esta mierda porque no me deja concentrarme en lo que es importante.
 
Los celos, rabia e ira me corren por la venas la cabeza me palpita dando punzadas en mi sien las cuales me hacen tomar mi cabeza entre mis manos tratando de aliviar el dolor que me parte la cabeza.
 
Me levanto con la sangre hirviendo tomando el celular marcándole a Death. Necesito saber donde está.
 
—Legión ¿qué necesitas?.
 
Salgo del comando encaminándome al estacionamiento, Simón se me atraviesa más lo ignoro no puedo seguir así.
 
—¿Dónde esta mi mujer?
 
La línea se queda en silencio unos segundos hasta que contesta. Subo a mi auto saliendo del comando.
 
—Esta en el departamento de William Lennox—su respuesta me hace apretar los dientes—Llegó hoy en la mañana y la señora Rachel me dijo que la acompañe a recibirlo, hace dos horas esta con el y no ha salido.
 
Los celos y algo impropio en mi se instala en mi cabeza con algo que no me gusta. Detesto esta situación de mierda ¿hasta que punto entro en mi esa mujer? ¿hasta donde ha llegado para ponerme así?
 
—Mándame la ubicación de donde esta.—ordeno.
 
La ubicación no tarda en llegar y aprieto el volante con la mirada fija en la carretera, trato de calmarme de apaciguar a mi cerebro para no hacer una estupidez y matar a alguien.
 
Palabras que no me gustan se repiten en mi cabeza como un puto mantra.
 
—Quien sabe y es de los que les gusta repetir buenas experiencias pero con más ganas. —Dice poniendo a hervir mi sangre.
 
Basta. Tengo que sacarme esa mierda de la cabeza o voy a explotar y no me haré cargo de a quien me llevo por delante.
 
Pasado no se cuanto tiempo llego a la plaza roja en el centro de Moscú ya que el lugar donde se queda ese imbécil es un departamento de lujo por esta zona.
 
Ubico a Death quien sale de la camioneta cuando reconoce mi auto. Estaciono saliendo del auto, me acerco a él quien no logra pronunciar palabra ya que lo tomo de la chaqueta que trae estrellando su espalda contra un auto.
 
—¿Qué mierda hace sola con ese pedazo de mierda? ¿Por qué la dejaste sola? —increpo.
 
—Fue una orden de ella coronel, sabe como se pone cuando se enoja—dice y las ganas de partirle la cara por poco me ganan, pero es otro al que le voy a partir los huesos.
 
Lo suelto encaminándome hacia el interior del edificio con Death siguiéndome a mi espalda. En el ascensor le marco otra vez a Rachel pero no me contesta, las puertas del ascensor se abren en el último piso el cual está lleno de hombres con pinta de guardaespaldas.
 
Uno de ellos se acerca metiéndose en mi camino trato de pasar de largo pero me toma del brazo plantándose frente a mi.
 
Hay gente que no tiene miedo a morir.
 
—Seguridad del señor Lennox ¿quien es usted? —pregunta el pendejo.
 
—Alguien que no viene precisamente a responder preguntas pendejas —lo aparto siguiendo de largo.
 
Varios de los guardias se me vienen encima le parto la cara al que intenta tomarme del brazo, Death me respalda apartando a los que tratan de atacarme por la espalda pero cuatro se me vienen encima tirándome al piso inmovilizándome los brazos.
 
Se arma un puto escándalo que se detiene cuando un rubio de ojos claros aparece por el pasillo con Rachel detrás la cual me aniquila con los ojos al verme.
 
—¿Se puede saber que demonios está pasando aquí? ¿Quién es este imbécil? —pregunta el rubio acercándose a mi.
 
—No quiso identificarse señor Lennox…—trata de decir uno de los hombres que me sostienen pero Rachel lo interrumpe.
 
—El señor aquí presente es mi marido Nick y si quieres seguir con vida lo mejor es que lo suelten—alega firme la mujer con la que me case.
 
Todos se vuelven hacia ella quien tiene los ojos fijos en mi mirándome como si quisiera matarme.
 
—Señora Rachel…
 
—Ya me oíste Nick.—contesta tajante.
 
El hombre mira al rubio el cual asiente apoyando la orden de Rachel. ¿Qué tanto poder tiene Rachel entre esta gente? No mentía, este tipo la adora, ni lo disimula el pendejo.
 
Me sueltan y el rubio se planta frente a mi con la mandíbula tensa al igual que los hombros.
 
—Rachel sabes lo mucho que te aprecio, pero esto no puede volverse a repetir —advierte—de lo contrario así sea tu mascota se muere.
 
—No me amenaces William, le tocas un pelo y el muerto vas a ser tu.—espeta Rachel— en todo caso ya se va igual que yo, ya hable lo que tenia que hablar contigo.
 
Uno de los tipos se va por el pasillo trayendo minutos después la cartera junto al celular y el abrigo de Rachel.
 
William se vuelve hacia ella acercándose a su cuerpo poniendo una mano en la espalda mi sangre hierve bajo mis venas cuando la pone en su cintura.
 
—Te ves hermosa cuando te enojas ¿lo sabias?—la teniente me mira antes de rodar los ojos.—pero esta bien en todo caso fue un placer tenerte aquí.
 
En dos zancadas estoy frente a él tomándolo de las solapas del traje que trae.
 
—Quítale las manos de encima a mi mujer. —la suelta empujándome haciéndome dar un paso atrás.
 
Rachel se acerca a mi tomando mi mano impidiendo de que le parta la cara, me descoloca que se aferre a mi mano como si nada.
 
—¿Terminaste de babear por mi? —inquiere Rachel apretando mi mano cuando me tenso—nos vemos William, no quiero estupideces en lo que acordamos porque de algo salir mal el primero en pagar los platos rotos serás tu.
 
El rubio asiente reparando en el agarre de nuestras manos.
 
—No puedo decir que fue un gusto conocer a tu marido, pero bueno no hay nada que hacer.
 
—Como si quisiera conocer gente pendeja—espeto.
 
El rubio se ríe negando con la cabeza.
 
—Ya veo porque estas casada con el Rachel, tienen el mismo encanto —se burla.
 
La teniente rueda los ojos tirando de mi mano llevándome con ella, la sigo con Death a nuestra espalda pero ninguno menciona palabra en todo el trayecto al auto. Ni siquiera cuando tomo camino hacia la mansión.
 
El celular me vibra en el bolsillo con una llamada del ruso.
 
—¿Ahora que mierda quieres?—escupo con rabia.
 
—Hay problemas, Antoni esta jodiendo otra vez—informa—atacó en uno de mis territorios pero no es esa la parte interesante.

Fanfic Chrischel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora