CAPITULO 28

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Rachel

Una semana después.

Ha pasado una semana desde el rescate donde por orden de la doctora tuve que hacer "reposo", me ha servido ya que pude pasar tiempo con mis bebés que tanta falta me han hecho.

Pero no todo puede ser perfecto.

Fue una semana donde pude descansar a medias, las pesadillas siempre me despiertan en plena madrugada con recuerdos difusos y momentos que siempre prefería ignorar y enviar al fondo de mi mente. Me despierto llorando con una presión presión el pecho y un nudo en la garganta, sin querer que me toquen porque siento asco, al punto de que siempre tengo que correr al baño para vomitar.

Eso generó que mis niveles de azúcar junto con mi peso disminuyeran, por lo que tengo que mantener una dieta especifica para nivelar mis defensas.

En medio de todo eso siempre ha estado Christopher a mi lado, siempre se despierta conmigo ayudándome cuando las fuerzas me fallan, cuando las pesadillas generan crisis donde me pongo a la defensiva al sentirme en peligro.

Pero el que me ayude no quiere decir que no sienta que hay algo mal entre nosotros, y es precisamente lo que no quiero más no puedo evitar, y es sentir que me toca lo justo y lo necesario, no ha mencionado absolutamente nada sobre lo de Antoni.

Pero siempre que toca mi cuerpo reacciona erizándome la piel y generando una presión en mi pecho, como si tuviera miedo. Es la parte que más odio y detesto de esta mierda, que no quiero sentir miedo con el, no quiero que lo nuestro cambie nunca ni mucho menos sentir que me tiene lastima.

Por lo mismo cuando me hablo sobre el frasco que había en mi ropa el día del rescate tome la decisión de irme, el vitamínico que creo Damon servirá para lo que mi hijo necesita. El viaje a Polonia es algo en lo que tengo a medio mundo en contra, según porque necesito descansar más.

Mi hijo tiene una enfermedad que lo mata de a poco todos los días y necesita una cura, no soy la única que necesita algo aquí.

Como tampoco no voy a descansar por completo hasta que extermine a Antoni de mi cabeza para siempre, y hasta tener la certeza de que mi hijo está bien.

Mis ojos se pasean por la entrada de la mansión donde veo a Ivan y Dalton cargar las maletas con ropa tanto mía como de Owen, Milenka y la nana. Mi hijo se mantiene en mis brazos con su cabeza en la curvatura de mi cuello, al igual que su hermana desde hace una semana parecen chicles pegados a mi siempre.

No me quejo yo siempre quiero estar con ellos y son de los pocos momentos que estoy tranquila sin preocuparme por nada. Al entrar me siento a un lado de mi hija quien está en el sofá acariciando la cabeza de Pucky mientras ve televisión.

—¿Papá no vendrá con nosotros?—pregunta Milenka.

Christopher es parte del grupo que no está de acuerdo con este viaje, y por lo mismo está en su despacho “trabajando”. Ni el quiere hablar del tema ni yo quiero una discusión absurda.

—Lo más probable es que nos alcance allá, cariño.

Asiente no del todo convencida pero solo se acerca recostándose en el sofá dejando su cabeza sobre mi pierna con el perro a su lado. Cuando les dije que teníamos que viajar no pude saltarme el interrogatorio pero ambos aceptaron.

—Señora Morgan ya están las maletas en las camionetas.—Informa Tyler.

Asiento dejando a Owen sobre el sofá antes de encaminarme al despacho.

Entro encontrando al coronel mirando la ventana con un vaso de whisky dándole la espalda a la puerta, trae unos pantalones de vestir esta sin el saco del traje y con las mangas de la camisa arremangadas a la altura de los codos dejando ver la piel entintada de sus brazos.

Fanfic Chrischel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora